Xalapa, Ver.- Rosa Prieto Trujillo es presidenta de la Asociación Civil Club Infantil Rosini A.C. desde 2013, misma en la que trabaja con su esposa Karina Martínez León, apoyando a niños y niñas de escasos recursos.
Aunque está por graduarse de la licenciatura de Psicopedagogía, la labor altruista la inició hace 18 años cuando empezó brindando apoyos con lo que lograba reunir entre su familia, amigos y conocidos y poco a poco han logrado llegar a más gente.
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Actualmente tiene un club de tareas en la colonia Luis Donaldo Colosio, una de las más alejadas y con mayores carencias de la ciudad.
Casi todo el material con el que trabajan es reciclado y algunas otras las compran con el apoyo de las familias, pues la mayoría es para menores que no tienen los recursos y tienen algún rezago educativo.
“La intención es dirigir la asociación a los niños porque son los más vulnerables, pensamos en cierto momento dirigirlo hacia mujeres o personas con adicciones, pero desafortunadamente a veces ese punto de partida es muy difícil de trabajar, siento que para trabajar es desde los niños porque es la parte fundamental, desde ahí tenemos que partir para ayudarlos, para guiarlos y que ellos después no tengan que llegar a un centro de rehabilitación, no tengan que ser golpeadores, o machistas y todo lo que adultos llegamos a ser”.
Ahora Rosa y Karina ya se fueron a vivir a esa colonia para poder darles mayor atención a las familias y sus hijos a quienes ayudan a leer y escribir y que están en preescolar u otros grados y que se vieron retrasados por no poder tomar clases en línea.
“Por la pandemia se les abandonó muchos, muchos no podían acceder a clases virtuales, no tienen las plataformas, no tienen las posibilidades y los maestros como que los dejaron y solo los fueron pasando, tenemos niños de quinto que parecen de primer o segundo año, entonces sí es bastante lamentable esta situación, por eso vimos la necesidad de venirnos a recluir acá de alguna manera, es muy bonita esta labor”.
Considera que es necesario dar atención a colonias como esa donde mucha gente no llega y donde a las autoridades les queda mucho por hacer.
Como no tienen derecho de luz legal, agua legal normalmente, los tienen también olvidados en muchas áreas y muchas cosas
Los padres que envían sus pequeños deben hacer una pequeña aportación de 50 pesos a la semana por niños, lo que ocupan para los gastos de la casa que les prestan para el club como agua y luz.
Rosa y Karina no están casadas legalmente, aunque tuvieron una ceremonia simbólica, pero tienen tres años juntas y han hecho un buen equipo.
“También para que vean que la comunidad no es nada más pintarse de colores, o andar haciendo desfiguros o andar haciendo cosas que a veces a la sociedad no le place mucho entonces nosotras estamos aportando algo diferente para que vean que somos personas normales, como cualquier otra solamente que con preferencias distintas”.
El club en esa colonia tiene cerca de cuatro meses, pero año tras año daba cursos de verano en la colonia Manantiales donde está formalmente la asociación civil.
“Después del curso se hace un zapatón y se buscan padrinos para que le regalen un par de zapatos a los niños, acabamos de hacer uno aquí no tiene mucho, y ya se enfocó en los niños de la escuelita porque hay muchos menores que ya se acostumbraron a que les esté uno donando y donando, pero no se esfuerzan y los papás tampoco se esfuerzan entonces también tenemos que ver esa parte porque tampoco es estarlos idealizando que todo se les va a dar de forma gratuita, aquí pedimos que los niños vengan, se esfuercen, estudien, aprendan y a cambio de eso les conseguimos lo que podemos”.
De esa forma pueden ayudar a los demás con donaciones como ropa, zapatos, mochilas para quienes no tienen oportunidad de adquirirlos.
Para ayudar a la asociación se les puede contactar a través de las redes sociales de Rosa Prieto o CLUB infantil Rosini A.C. o al número de WhatsApp 22 84 97 17 97. La escuelita está en la calle sonora esquina Norte cuatro de la colonia Luis Donaldo Colosio.
Destaca como escritor en el puerto de Veracruz
Veracruz, Ver.- A sus 37 años, Mario Eduardo Durán Ramírez logró destacar y posicionarse como uno de los escritores más jóvenes del puerto de Veracruz; en su carrera ha logrado la publicación de tres libros en los que plasmó etapas personales de su vida y que sirvieron a otras personas que se identificaron con sus personajes.
Miembro de la comunidad LGBT+, con su disciplina en el trabajo y talento se ha abierto paso para demostrarse como uno de los referentes entre los jóvenes veracruzanos.
Su primera publicación la hizo en el 2005, con Mundo Imaginario, una novela que describe como de ficción en donde plasma parte de sus vivencias por acoso escolar durante su niñez y juventud, a través de un mudo de fantasía en el que su personaje supera las secuelas del bullying.
“Hablaba de como una persona que por un tiempo sufrió lo que ahora conocemos como bullying demostró como salir adelante y demostrarse a sí mismo que podía conseguir cosas buenas en su futuro dejando atrás ese pasado negativo, pero todo en una historia de fantasía que era del personaje llamado Leonardo.”
Mario cuenta que el libro fue producto de un proyecto que inició en sus años como universitario, en una etapa en el que sufrió depresión, pero que escribir le ayudó a superar esta enfermedad y reconocer su talento y pasión por las letras.
Años después, involucrado en el mundo de la cultura como editor de un periódico y con los consejos de una profesora, relata que pudo pulir su obra para publicarla y presentarla al público de Veracruz.
“La historia yo la catalogue como una fantasía cruel de como las personas te pueden hacer daño con un comentario, con un ataque o que te señalen con algo y no saben el daño que te pueden hacer en el futuro”.
Sus siguientes obras fueron Ciudad Lluvia (2008) y Soledad Silencio (2019), esta última disponible en la plataforma Amazon en formato de E-Book. Al igual que su primer libro, en ambos casos se trata de obras que dan un cierre a diversas etapas de su vida.
“Segundo libro se enfoca en las personas con las que tuvo un contacto y se robaron algo suyo, en lo emocional o espiritual, el personaje es alguien que se acepta tal y cómo es, compartiendo eso con quienes lo merecen.”
Mario afirma que se trata de obras que no tienen ninguna presunción más que la de expresar sus sentimientos y que su satisfacción la encuentra en personas que las han leído para comentarle después que se han sentido identificados con sus relatos.
El joven escritor afirma que su preferencia sexual nunca ha sido motivo para ser discriminado, aunque en su niñez y juventud vivió etapas difíciles porque se sintió excluido y a veces se auto excluía de sus compañeros de clases.
Pero afirma que gran parte de su fortaleza emocional la encontró cuando estudió Comunicación, carrera que lo llevó a ser reportero y editor en diversos periódicos locales, profesión que practica con la misma pasión de ser escritor.
“Cuestiones laborales siempre me ha ido bien, más por el hecho de que estoy en algo que me gusta, de mi generación me parece que soy el único que ha ejercido la carrera, desde el 2005 que salí de la universidad hasta la fecha ya son más de 15 años que estoy en esto.”
Su identidad sexual asegura que la ejerce con libertad, aunque nunca tuvo que declararse abiertamente gay ante la sociedad, por considerar que no se trataba de un acto necesario, comparte que vivió un proceso de autoaceptación que lo ayudó a vivir tranquilo consigo mismo.
“Yo personalmente desde niño siempre lo supe, pero fue hasta el 2008, luego de la presentación de mi primer libro, fue que me acepté de manera normal, que me dije que ya lo asumiría y sería algo personal, una aceptación con la que yo venía arrastrando”.
Mario Durán comparte que en cualquier circunstancia la libertad y pasión por lo que se hace dará resultados positivos a cualquier persona.
Con información de Danytza Flores | Diario de Xalapa