Veracruz, Ver.- Brayan Palma Saldaña es un joven veracruzano, integrante de la comunidad LGBT+ que afirma que la lucha de este sector de la población para reclamar sus derechos ha servido para que las nuevas generaciones puedan expresar su preferencia sexual de manera libre.
Estudiante de la licenciatura en Contaduría Pública en la Universidad Manuel Ignacio Altamirano, en el puerto de Veracruz, ha combinado sus estudios superiores con su empleo como encargado de turno en una estación de gasolinería.
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En ambos ambientes se ha desempeñado de manera libre, sin necesidad de ocultar su identidad y preferencia sexual, demostrando sus capacidades a sus compañeros, maestros y directivos de la empresa en la que trabaja.
“Nunca me ha tocado que me discriminen en los lugares donde he trabajado, con mis compañeros de trabajo también ha sido tranquilo, afortunadamente nunca he pasado por algo así”, detalla.
Y aunque él no la ha vivido en carne propia, ni la ha visto en persona con alguien más, sabe que la discriminación a la comunidad LGBT+ es un fenómeno que sigue presente entre la sociedad veracruzana y mexicana en general.
Si bien reconoce que existe un cambio de actitud de muchas personas, se remite a los casos de discriminación que han sido denunciados a través de redes sociales en diversas ocasiones, en las que le hacen ver que es necesario seguir trabajando para abrir más espacios a personas como él.
De los casos que ha visto denunciados en redes, se queda con la reflexión de qué hacer si algo así le llega a ocurrir, además de imaginar qué ocurre con las personas que incurren en este tipo de actos de odio.
“Nunca me ha tocado ver que alguna persona le falte al respeto a una mujer o a una persona de la comunidad LGBTTIQ+, pero sé que es una realidad porque lo he visto en redes sociales casos de discriminación y eso es lo que me pone a pensar, y me pone incómodo”.
El joven de 24 años afirma que de manera personal ha tenido un crecimiento con los años y aprendió a no cambiar su forma de ser para agradar a otras personas y sobrellevar insultos que por su preferencia sexual ha tenido, aunque en menor medida.
Yo aprendí que no debo cambiar mi forma de ser, si a alguien le afecta yo creo que es esa persona la que tendría que cambiarBrayan Palma Saldaña | contador
Brayan reconoce la apertura de la sociedad hacia la comunidad LGBT+, que es visible en grandes empresas como en las que él ha trabajado y en la que se desempeña actualmente, en donde existe un reconocimiento a las personas por sus capacidades.
En ese sentido, considera que actualmente las empresas cuidan el aspecto de la no discriminación, ya que atiende a una sociedad que es más abierta y castiga en muchas ocasiones actos de odio a grupos minoritarios.
“Trabajé antes en Soriana y tampoco hubo ningún problema, tanto con mis compañeras o compañeros, con mis jefes tampoco, nunca se tocó ese tema de algún aspecto de mi forma de ser y nunca hubo ningún tema por mi orientación sexual”.
En el ambiente escolar, comenta que existe una apertura entre compañeros y profesores, pues incluso en su generación comparte aula virtual en las clases a distancia con al menos otros seis alumnos con preferencias hacia personas del mismo sexo, mientras que tres catedráticos pertenecen a la misma comunidad.
Si bien destaca que no son temas que se hablan como tema de conversación, señala que esto se debe justamente a la apertura para que no sea un tema central y se acepte a los estudiantes tal y como son.
“Nos llevamos muy bien con mis compañeros, mis maestros tengo como tres maestros que también son homosexuales, hasta ahora no hay ningún problema con ninguno de ellos”.
Brayan dice que el puerto de Veracruz es un sitio en el que la sociedad demuestra que puede sentirse libre para expresarse, pues independientemente de los hechos que prevalecen, ha existido una lucha de la comunidad LGBT+ por muchos años.
“He visto un poco más de libertad en el puerto de Veracruz, que salen a la calle sin miedo a ser uno mismo, el sentirse libre, sin miedo al qué van a decir, qué van a pensar, veo a la gente de la comunidad más felices por como se desarrollan en su trabajo” afirma.
Vocación de tanatólogo
Córdoba, Ver.- Su vocación llegó a él cuando sus amigos y familiares llegaban a pedirle un consejo y su satisfacción más grande fue ver los cambios emocionales y los consejos aplicados en quienes se acercaban a su persona a pedirle apoyo, Andrés Bustamante Colorado actualmente un joven de 28 años ha dedicado parte de su juventud a la psicología, tanatología y el cuidado de plantas un emprendimiento que lo llena de muchas satisfacciones.
Su infancia fue una etapa bonita pues recordó que cada año sus padres le realizaban fiestas temáticas hasta los 15 que ya no pedía más ese deseo, sin embargo, un año después vivió la separación de sus padres siendo para él un golpe emocional fuerte, pero que no le permitió rendirse y salir adelante con sus sueños siempre de la mujer que más lo amará, su mamá.
“Mi madre es una mujer muy cariñosa y toda mi infancia tengo bonitos recuerdos, la típica mamá mexicana que se desvive por sus hijos, era un niño muy sociable y en las fiestas de cumpleaños mi mamá invitaba a los que no me llevaba con ellos y con esta actividad me acercaba a ellos y esto hizo que como adulto tengo la facilidad de llevarme bien con todos tolerando ciertas cosas”.
Cuestionado sobre cómo fue su etapa de niñez y adolescencia siendo él una persona de la comunidad LGBT+ manifestó que afortunadamente su historia no fue de sufrimiento y de bullying y discriminación, “hoy día es mucho de odio y marginación, mi historia de vida fue distinta a lo que algunos amigos, cuando intentaron hacérmelo recordé lo que mi mamá me decía de defenderme de los niños y defender mis puntos, desde que iba en la primaria siempre supe mi inclinación sexual, no tuve conflicto con ello pues mi mamá fue una mujer muy abierta”.
A los 16 años de edad fue cuando su mamá vio en él su orientación sexual con la frase “soy tu madre y te acepto” esto le dio fuerza para no aceptar nada negativo de las personas que intentaron discriminarlo, “fui parte del equipo de fútbol y no sentí ese rechazo a mi persona”.
Los años pasaron y al salir de la preparatoria estudió gastronomía, sin embargo, era algo que no le llenaba el corazón profesionalmente hablando y aunque finalizó la carrera y no ejerció, “fue por la presión de que tenía que estudiar algo, no sabía ni que me gustaba, a mí siempre me gusto comercio y para poder llevar la fiesta en paz en casa estudie gastronomía, únicamente he llegado a cocinar para mi familia y enseñar a otras personas”.
Con sus propios medios y luego de ver que era un amigo que sus consejos eran valiosos y tomados en cuenta, estudió la carrera de psicología y hace un año finalizó la misma especializándose en la tanatología, “de mis amigos gays y nos gays venían a mí en busca de un consejo y me los contaban y los escuchaba, les aconsejaba y luego los veía que me decían que el consejo que les gustaba y les funcionaba, pensé que debía de ganar dinero con esto sin ir por la vida de un conocimiento previo y pues pagué mi carrera de psicología”.
Dijo que en la vida siempre hay pérdidas como de la vida de un ser querido, una relación sentimental, una mascota, un trabajo u objeto y esto simboliza un sufrimiento para quien lo vive, por ello se enfocó en la tanatología, “ahorita se vive con el covid-19 llegamos a llevar a un familiar a un hospital suponiendo todo estará bien, imaginamos que este virus no llegaría a México, las personas cuando fallecían por covid-19 eran entregados a su familiar en cenizas si dar la oportunidad de hacer un cierre emocional”.
Sobre ello, Bustamante Colorado manifestó que el tener a un familiar aislado en un hospital significaba una preocupación, pero cuando esta fallece, un funeral es un símbolo de despedida donde se procesaba lo ocurrido, sin embargo, con el tema del Covid-19 no ha sido así lo que ha representado en las personas un dolor no natural representando otra muerte.
Otra de sus pasiones han sido el comercio y desde hace cinco años surgió "Karsus, plantas y suculentas", su negocio de emprendimiento donde los conocimientos adquiridos han sido una prueba y error pues en él la habilidad de cuidar plantas como las suculentas y sus derivaciones le ha permitido incluso darle vida a salones de belleza, restaurantes de amigos que pertenecen a la comunidad LGBT+ siendo este sector su primer comprador siendo apoyado completamente por ellos.
“Es uno de mis pasatiempos favoritos, siempre me llamó la atención las plantas, siempre considere que las áreas verdes son importantes, con el tiempo me adentre en este pasatiempo de la jardinería siendo también este un relajante, cuando tuve muchas plantas llegue a regalarlas y la gente me preguntaba cómo le hacía e incluso hice un tipo taller para mis amigos y familiares que también tenían el tipo de plantas que yo comercializo”.
Con especies no endémicas empezó a prepararse con pruebas y errores, aprendiendo del sol, del agua, de la sombra entre otros aspectos que conllevan el cuidado de este tipo de plantas que son delicadas y que a muchos espacios e incluso casas Andrés ha dado vida con sus plantas.
Su target principal son personas de la comunidad LGBT+, señoras madres de familia y mujeres que son tranquilas y ahora ve en su persona un avance grande donde en todo momento contó con el respaldo de sus amigos y familiares.
Con información de Guadalupe Castillo | El Sol de Córdoba