Diversa: vivimos en una sociedad injusta, debe cambiarse

Voceros de esta comunidad explicaron que cada quien es a su manera y van creando su identidad

Celia Gayosso | Diario de Xalapa

  · miércoles 28 de julio de 2021

Foto: Cortesía | Silvio Martín Ramos Álvarez

Xalapa, Ver.- A pesar de que se ha avanzado mucho y de que se conoce más sobre los derechos LGBT+, a las familias alternas u homoparentales la mayoría de las personas siguen viéndolos como algo raro o extraño. Si bien ya no se le ve con odio o con asco como sucedía hace décadas, se les ve con extrañeza y como algo curioso, concedió Silvio Martín Ramos Álvarez, quien luego de vencer las ideas románticas que dicta el mundo heterosexual, ha formado una familia homoparental y tiene una hija de tres años.

Luego de haber pasado una época de enojo, ira, y frustración, encontró al budismo como filosofía, pues a través de anuncios en Diario de Xalapa se enteró de conferencias y talleres en los que aprendió que en esta vida nada tiene un sentido más que el que nosotros le damos, así como que no habrá amor en nuestras vidas hasta que estemos dispuestos a amarnos a nosotros mismos.

El ingeniero químico y actor xalapeño considera que aún pasará tiempo, que la cultura irá cambiando poco a poco, y que aún así habrá personas que seguirán teniendo perspectivas cerradas, otras tantas más abiertas, y que seguirá habiendo personas que tendrán que vivir fuera de lo que se considera “común” para cumplir el sueño de poder vivir en igualdad, con derechos, tranquilidad, y poder ser felices.

El ingeniero, licenciado en Teatro y con estudios en cómputo tuvo que dedicarse a trabajar por su cuenta, pues a una persona que ya superó los 40 años de edad no le dan trabajo en cualquier parte, así optó por dar clases de matemáticas, física, química, escritura creativa, dibujo libre, diseño y de desarrollo personal, entre otras. Antes de la pandemia trabajaba también como actor suplente, sin embargo ahora no hay montajes.

Él tenía las ideas románticas que dicta el mundo heterosexual, como son el romance, el noviazgo, conocer a la familia, luego el sexo y él quería formar una vida, una familia, lo que se veía como casi imposible.

Explicó que la idea de lo que en aquel entonces era la comunidad LGBT+ era más parecido a un estereotipo que a una verdadera comunidad, sin embargo, viajando y conociendo a otras personas que eran más experimentadas y voceros de esta comunidad, le explicaron que cada quien es a su manera, que va creando su identidad y que cada persona puede comportarse como se sienta congruente consigo mismo pues eso es lo que permite tener una vida plena.

Recordó que lo mismo se topó con verdaderos depredadores, con quienes tenían ideas aún más romantizadas que las suyas, como con un asaltante, quien llamó su atención sólo para terminar sacando una navaja y arrebatarle la cámara que llevaba, lo que le llevó a una etapa de depresión, pues pensó “es mi culpa por ser quien soy y un dios castigador quiere todo lo malo para nosotros”. Era únicamente tristeza, desesperación, desesperanza y la idea de que únicamente existía castigo y dolor, lo que le llevó a aislarse por completo.

Foto: Cortesía | Silvio Martín Ramos Álvarez

En esa época había fallecido su abuelita y posteriormente su madre, por lo que se quedó solo en ese momento clave de su vida porque ya no había nadie que le dijera qué hacer y cómo comportarse.

Fue entonces cuando descubrió el budismo como filosofía, no tanto como religión, puesto que hubo una serie de conferencias y talleres gratuitos, algunos anunciados en Diario de Xalapa, donde aprendió acerca de la aceptación, la pérdida, así como que en esta vida nada tiene un sentido más que el que le damos, pero la más importante de todas es que no habrá amor en nuestras vidas hasta que estemos dispuestos a amarnos a nosotros mismos, a no buscar el amor con desesperación como si estuviéramos buscando un objeto y a amar sinceramente sin esperar nada a cambio.

Justamente en esos días cuando empezó a reflexionar sobre el sentido de la vida, conoció a Eve, su pareja, quien tomaba la iniciativa en cosas que él no se atrevía, tanto personalmente, socialmente, sexualmente, intelectualmente y afectivamente, por lo que después de 5 meses de verse todos los días se propusieron vivir juntos y tener un plan de vida juntos.

Eve le ayudó a salir de su depresión, a salir de su aislamiento social, le motivó a crecer como persona, y fue aprendiendo a desarrollarse como persona; fue él quien también le animó a aprender teatro, así como a aceptarse, a aceptar la pérdida, los cambios, así como las ideas que tenía sobre cómo tenía que ser la familia.

A lo largo de casi 15 años, la familia de Eve se volvió la de ambos; su abuela vivió con ellos, su hermana también, y afortunadamente a partir de ello nació su hija, que ahora tiene tres años. La niña es hija biológica de la hermana de Eve, pero ante la ley es suya. Hoy la niña vive en un hogar homoparental, lo que ha sido una aventura emocionante, “porque es totalmente nuevo ver todo a través de sus ojos y es abrumador porque ella es muy absorbente. Es divertido, sorprendente, gracioso, y cansado”, anotó.

Lo complicado, consideró, es que aún no están casados, pues aunque se supone que hay cambios de ley para que se pueda solicitar la unión en Xalapa, sólo puede hacerse a través de un amparo.

Foto: Cortesía | Silvio Martín Ramos Álvarez

Dijo que antes de la contingencia hubiera sido más fácil irse a la Ciudad de México para legalizar su unión, pero él quería hacerlo en Xalapa, donde la ley aún está en un “tono gris” porque aún se necesita de un amparo, y aunque hay muchas personas que están haciendo activismo para que haya igualdad de derechos a nivel social, familiar y de salud, todavía hay mucho camino por recorrer, insistió.

Silvio ha tenido la ventaja de que en Xalapa no se ha topado con el nivel de discriminación que hay en muchos otros lugares, por lo que ha tenido una vida más tranquila, aunque no ha sido “un lecho de rosas”.

Si bien no les hace falta el papel que los ampare legalmente como pareja, sí es necesario para estar más tranquilos ante la ley, ante el banco, y ante cualquier persona que quisiera hacer algún reclamo civil, “para lo que tiene que ver con el bienestar sí, para lo demás no”.

Silvio Ramos Álvarez es consciente de que mientras en la sociedad no se trate a todas y cada una de las personas con todos y cada uno de los derechos que necesitan y éstos no se pierdan, “seguiremos viviendo en una sociedad injusta”, concluyó.

Victoria Fantasmal

Foto: Cortesía | "Victoria Fantasmal", drag queen/Kevin Beltrán García


Kevin Beltrán García conocido como “Victoria Fantasmal” es egresado de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana y actualmente se dedica a ser Drag Queen de tiempo completo.

A sus 24 años, hace drag en teatros, antros, programas digitales y todo tipo de plataformas donde pueda hacerse travestismo.

Victoria Fantasmal estuvo en la “La carrera Drag de Veracruz” que es la competencia en vivo más grande de Drag Queens en todo el país, donde pudo trabajar con dragas famosas de todo México, lo que le permitió crecer apenas en un par de meses pues fue una de las finalistas y le ha abierto muchas puertas.

Pero no es todo, como actor ha participado en más de 15 obras teatrales; entre las obras que más ha disfrutado como director, se llama “Exposición de una Larva” obra de teatro experimental del dramaturgo Vidal Medina de Monterrey que cedió el texto y que fue montada en Xalapa.

Desde pequeño tenía la inquietud de estar en un escenario y creía que el lenguaje del teatro era muy interesante y también diverso, en el que se podía contar historias y generar discursos de distintas formas.

“Por ejemplo de manera visual, a partir de la palabra, pero también a partir del texto, de la luz y un montón de cosas, y siempre me llamó la atención y sentía que era algo divertido y que podía hacer cosas interesantes ahí”, dijo.

Se volvió Drag Queen, sostiene, porque tenía muchos referentes a su alrededor que le llamaban la atención pero que no podía explotar totalmente dentro del teatro realista y naturalista.

Foto: Cortesía | "Victoria Fantasmal", drag queen/Kevin Beltrán García

“Yo estaba formado, educado para crear un personaje y quería crear un personaje que no perteneciera solo a una obra de teatro, sino que pudiera hacer cosas con él y también a la par, estaba trabajando como maquillista y tenía como un montón de inquietudes en la creación estética de un personaje más que otra cosa y comencé a crear este personaje que tenía en mi mente, en mí, con maquillaje, peluca, ropa y así fue como nació Victoria”.

A partir de ello y ante el acceso que tenía a varios espacios, foros y espacios teatrales, empezó a meter el drag en teatros y llevarlo a otros lugares lo que visibilizó su personaje, pero también visibilizó el talento drag que había ya aquí en Xalapa “que era buenísimo pero que solo se podía ver yendo a bares o antros”.

Recordó que la respuesta ha sido sorprendentemente positiva y aunque en general en Xalapa es difícil tener teatro lleno en todas las funciones; en diciembre del año pasado en que hizo su primer show drag, se tuvo lleno total en todas las funciones. El proceso de la construcción de su personaje le llevó al menos un año.

“Y a partir de ahí como yo tenía acceso a un montón de espacio teatrales, varios amigos que eran directores de foros o que tenían espacios en agenda me dijeron 'escuché que tuviste una función de algo que es como travestis haciendo cosas y quiero ver si lo puedes presentar acá' y entonces comencé a producir shows drags, con varias dragas de aquí de Xalapa y hasta el momento nunca hemos tenido una función que no sea lleno total y la más chica que hemos tenido estaba como al 80 por ciento de público”, refirió.

Foto: Cortesía | "Victoria Fantasmal", drag queen/Kevin Beltrán García

Su plan es seguir visibilizando y abriendo espacios para el drag puesto que es uno de los fenómenos teatrales que está menos visibilizado para el sector institucional porque pese a ser un tan popular, que le gusta mucho a la gente, en becas o convocatorias o muestras de fenómenos escénicos nunca se menciona, por lo que, consideró, queda mucho por hacer.

Con información de Ariadna García | Diario de Xalapa