Diariamente a Cáritas Centro acuden cerca de 30 personas a solicitar el apoyo de alimentos, en su mayoría adultos mayores que están en situación de calle, de soledad o desempleo, cifra que ha ido disminuyendo con el paso de la pandemia.
Andrea Arcos López, encargada de las Cáritas Parroquiales, explica que son cinco los comedores que tienen en toda la arquidiócesis: Altotonga, Cosautlán, la parroquia de 12 Apóstoles, Perote y Coatepec y entre todos estos aproximadamente diariamente se reciben 250 personas, que en su mayoría son de escasos recursos y que bajan de comunidades aledañas; en la crisis sanitaria llegaron a ser hasta 400.
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“En el caso de Altotonga y en el de Perote y Cosautlán, que son comunidades, son personas de escasos recursos que bajan de las comunidades aledañas a las cabeceras para solicitar apoyos, hacer trámites para los centros de salud, que vienen incluso a hacer sus compras o cosas así y nos le alcanza para venir, bajar a la cabecera, pasar todos estos gastos que tienen que hacer y todavía comer fuera”.
Todos los servicios que ofrece Cáritas se hacen con cooperación voluntaria de acuerdo a las posibilidades y generosidad de las personas, “quien puede, da; quien no puede no da nada y no hay ningún problema, el servicio se le otorga a la persona porque lo necesita”.
Aunado a ello, explica que durante la pandemia y a la fecha llegan hasta 200 personas diarias, considerando las 55 filiales de Cáritas, a solicitar algún apoyo de medicamentos antibióticos o para enfermedades degenerativas como hipertensión o diabetes, incluso oncológicos, que pocas veces llegan a sus farmacias.
“Vienen de aquí (Xalapa) y comunidades lejanas, incluso a veces de otros estados porque vienen a consultas o a algún tipo de tratamiento o trámite y pasan aquí por el apoyo de albergue, farmacia o comedor. En la pandemia hubo un momento en que se triplicó la solicitud de medicamentos en el 2020, 2021 y de ahí se estableció, pero seguimos altos, yo creo que seguimos 50 por ciento más altos de como estábamos antes de pandemia”.
Otro dato, es que la pandemia hizo que incrementaran las atenciones médicas y psicológicas, de estas últimas, a la fecha, al día, cerca de 15 personas llegan a solicitar ese servicio.
“Ahorita siguen solicitándolo, a veces ya no tienen lugar y la gente sigue solicitando este apoyo, los psicólogos son voluntarios y atienden a esas personas y vienen desde niños, adolescentes, jóvenes, adultos, mujeres, hombres también ya mayores y sesiones de terapia familiar”, señala la hermana María Luisa Pérez Aguilar administradora de Cáritas.
Agregan que el número de solicitudes de alimentos ha disminuido, pues se atendió durante la crisis sanitaria a personas que se quedaron sin trabajo, pero dado que algunas se están reactivando laboralmente, esto ha hecho que ya no requieran de apoyos de alimentación como despensas.
Explican que Cáritas ha continuado prestando todos sus servicios desde el inicio de la pandemia hasta ahora, pues únicamente suspendió la recolección de donativos de ropa, lo que ya se reactivó.
“En ese sentido se han mantenido todos los servicios de Cáritas, alimentación como despensas, el comedor ha servido con entregas para llevar, todavía no se reactiva que pasen a sentarse los comedores y en las filiales también todos los servicios se han mantenido”. Cabe recordar que aunque se entregan los alimentos todavía no se habilita el comedor por temas sanitarios.
Se suman voluntades
Arcos López expresa que una bendición que han tenido es que, a pesar de la pandemia, aunque algunos benefactores dejaron de apoyar, también aumentaron las personas que ayudaron al sentirse sensibilizadas por la crisis sanitaria.
“No podríamos decir que tuvimos un bajón fuerte de apoyo, hubo diferencias, algunos de los que nos dejaron de apoyar están retomando en estos meses después de la pandemia, pero gracias a Dios el apoyo se ha mostrado por parte de la comunidad y es algo que aprovechamos para agradecer que de una u otra manera, un poquito más, un poquito menos, pero han seguido apoyando”.
Las necesidades en Cáritas son muchas y aunque no precisó el recurso que requieren mensualmente, ejemplifica que para el Albergue Definitivo de El Sumidero se gastan cerca de 3 mil pesos por persona.
Actualmente se atiende a 33 adultos mayores, lo que significa que se deben erogar alrededor de 90 mil pesos mensuales para lo más básico
“Depende mucho la temporada, y ahí estamos hablando solo de uno de los servicios de Cáritas, tenemos también el laboratorio de análisis clínicos, que funciona por medio de cooperaciones, la gente va y da lo que puede por su estudio de análisis; sin embargo, a veces no logran dar ni el 50 por ciento de lo que realmente costaría el estudio hablando de material para poder hacer ese estudio, sin ganancia ni nada por el estilo. Ese es un servicio que cuando no se logra sostener por las cooperaciones, es Cáritas quien lo sigue manteniendo también”.
En el caso de las despensas, muchas personas donan los víveres de la Canasta Básica para poder sacar las despensas cada mes, pero cuando no se logra alcanzar lo básico, entonces se ocupa el recurso para completar esas despensas y sean dignas para las personas que las reciben y que mensualmente son alrededor de 50 solo en Xalapa y, contando las Cáritas parroquiales, son cerca de 3 mil.
Una de las ayudas más importantes para Cáritas es la colecta anual, que este año será en noviembre y para lo que llaman a la generosidad de la ciudadanía para poder seguir apoyando a más personas.
“Agradecer a la gente ese apoyo y seguir solicitando que sigan con esa apertura de compartir lo que tienen con los que más lo solicitan”, agregó la hermana María Luisa.
Enfrentan severa crisis en asilo Cogra de Veracruz
Aún cuando la demanda de comida sigue aumentando en los comedores gratuitos por parte de personas en situación de calle, la economía ya no permite dar atención a tanta gente, reconoce la directora del asilo y comedor gratuito Cogra, Teresa Mendoza Infanzón.
En entrevista menciona que durante la pandemia aumentó la demanda de atención sin embargo por la seguridad de los adultos mayores del asilo se tuvo que cerrar el comedor gratuito y solo se enfocaron en atender a los ancianitos.
Explica que en el asilo del puerto de Veracruz hay cerca de 65 abuelos que presentan diversas enfermedades y actualmente hay dos personas externas que diariamente acuden por su ración de comida. Refiere que dichas personas, son adultos mayores en situación de calle que se encuentran abandonados por sus familias.
“Sabemos que es mucha la demanda de gente en situación de calle que busca un plato de comida gratis, nosotros tenemos en el asilo a 65 abuelos algunos mayores de 80 años a quienes les damos desayuno, almuerzo y cena, por fortuna ya todos están vacunados con sus refuerzos pero durante la pandemia los resguardamos para evitar que se contagiaran, ya por fuera vienen dos personas ya grandes por su plato de comida, traen sus propios trastes y ahí les damos su sopa, su guiso y su agua, a veces postre”, destaca.
Por ello argumenta que aunque quisieran ayudar a más gente, la economía ya no les permite porque todos los productos están muy caros y las donaciones han ido a la baja.
Fui a comprar y gasté más de $3 mil en algunos productos de higiene; mañana vamos al Malibrán por la fruta y verdura, pero nos faltan pañales, medicinas. Fácil se nos van 20 mil por semana; todo está muy caro
Por su parte, Moisés Zayas Manjarrez titular del comedor gratuito “Hagamos que suceda”, que hace unos días cumplió sus primeros 500 días de trabajo, manifiesta que diariamente de lunes a viernes se entregan entre 20 a 30 comidas a personas en condición vulnerable.
Refiere que, durante los días de encierro por la emergencia sanitaria, el número de personas aumentó hasta 140 ya que algunas eran madres de familia con sus pequeños sin embargo desde que empezó el año la atención disminuyó. Menciona que algunas personas que llegan a pedir el apoyo son de colonias alejadas del lugar y en algunos casos caminan por varios minutos por un plato de comida.
“Diariamente se alimenta a unas 25 a 30 personas, en pandemia claro que nos aumentó la población pero ya se regularizó, a veces llegan uno o dos nuevos porque afortunadamente hay otros comedores en otras parte de la ciudad pero sí hemos notado que algunos caminan varios kilómetros, por ejemplo uno de los que llegan por su comida viene de la zona surponiente, vamos echandole ganas dependiendo de las aportaciones que nos hacen y también hacemos rifas para recaudar dinero”, expresa.
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Ambos comedores gratuitos se apoyan de las donaciones de la población en general para poder alimentar a la gente en condición de vulnerabilidad.
Hasta 225 comidas al día regala Cáritas Orizaba
De 80 a 225 comidas diarias son las que el comedor de Cáritas de Orizaba reparte diariamente a las personas que lo necesitan, la cifra aumentó con la pandemia de Covid-19, manifiesta, Manuel Guarneros Rivera, coordinador ejecutivo de Cáritas AC.
Debido a que familias se quedaron sin empleo por los recortes dados a empresas y negocios por la situación económica que dejó el Covid-19, los encargados y voluntarios del comedor vieron un alza en los comensales, pues antes el servicio se daba dentro de las instalaciones ubicadas en por el Parque López a un costado la iglesia Nuestra señora del Carmen, cuando era un día movido eran 80 personas hasta llegar a 225 personas, "notamos que llegan familias enteras, los vendedores ambulantes que vienen de otros municipios donde su ingreso es poco, el mayor grupo que tenemos es personas mayores que no tienen apoyos de gobierno".
Guarneros Rivera dijo que la cantidad de niños ha ido a la baja, pues la situación ya se ha mejorado para algunos. En el tema de las donaciones, el entrevistado comenta que los apoyos han ido modificándose sin que falte mes con mes el apoyo que se da, por ello Casa de la Misericordia perteneciente a Cáritas Orizaba y la asociación civil se han coordinado con empresas de autoservicio y vinculaciones con empresas de supermercados quienes donan pan en determinados días así como los productos enlatados y verduras por parte de 3 zocos y algunos locatarios de la ciudad como el Melchor O. Campo, Zapata y Cerritos.
Dijo que una de las alternativas que han optado para que puedan darse las donaciones, es ofrecer a las empresas, negocios y a población, es un recorrido dentro del comedor para que puedan visualizar lo que se realizan con las donaciones que ellos aportan para así sostener el comedor.
Respecto a las donaciones de frutas y verduras, se dan las donaciones los días lunes, martes y jueves. Antes se lleva tan 15 taras o cajas, ahora si 60. Luego de la donación o recolección se seleccionan los productos y así sacar la comida o bien sacar la pulpa de la fruta, congelarla y hacer agua de sabor natural y eso donarlo, "se aprovecha todo el recurso, se trata de desperdiciar lo menos posible".
Comenta que son 80 voluntarios, donde la Asociación Civil tiene un solo trabajador para ser establecida como tal, el comedor se integra por señoras donde se van cambiando en la semana quienes prestan su día y tarde para picar verdura y preparar, así como entregar.
Pero también, el grupo de apoyo se conforma por alumnos practicantes, quienes realizan el empaquetado de la comida que incluye agua, una fruta, pan, tortillas y dos guisos. Algunas personas que son "de confianza" y para bajar el uso del unicel está la comida en toppers que son entregados al día siguiente, se lavan y se desinfectan para ocuparse nuevamente". Cabe hacer mención jóvenes de servicio social, se le da a las actividades en cuestión de horarios y también se les da un alimento al día.