ÁLAMO, Ver.– Ante la pérdida de plantíos de naranja, a causa de sequías y daños por el virus del "dragón amarillo" o Huanglongbing (HLB), citricultores de este municipio han sembrado aguacate, mango, litchi y coco para recuperar la superficie afectada y hacerla nuevamente productiva.
Héctor Ramos, productor de naranjas, señala que desde hace cuatro años aproximadamente la falta de lluvias ocasionó una sequía prolongada que acabó con gran parte de la superficie citrícola en todo el municipio.
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¿Qué tanto afectó el "dragón amarillo" a las familias?
Anteriormente, la producción naranjera en Álamo era de un millón de toneladas anuales, sin embargo, a causa de la sequía y del "dragón amarillo" las cifras han disminuido, al grado de apenas cosechar aproximadamente 600 mil toneladas el año pasado, precisa el productor.
Además, el HLB no cesa y cada vez son más los sembradíos de naranja en sus diversas variedades que terminan por secarse. El Huanglongbing es una enfermedad provocada por bacterias que causan deformaciones en los brotes, coloraciones variadas y deformidad en los frutos, reduce la producción y en casos avanzados puede llegar a matar a los árboles.
Durante un recorrido en plantaciones citrícolas, se pudo confirmar lo dicho por los campesinos, pues pueden verse algunas plantaciones de litchi, de mango y algunas de aguacate entre árboles de naranja.
La mandarina o naranja china ha sido la más afectada, pues es la que menos ha soportado la sequía y los efectos del HLB. Durante el año pasado no hubo suficiente de esa variedad para satisfacer al mercado nacional.
José Hernández, también citricultor, abunda que a pesar de las afectaciones y pérdidas de superficie naranjera, Álamo mantiene su potencial de importación, pues la mayoría de los 32 estados del país consumen naranja cosechada en este municipio ubicado en el norte del estado.
Además, para aprovechar la superficie que se ha quedado sin plantaciones de naranja, hay quienes sembraron mango petacón y litchi. Otros sembraron aguacate hass y algunos más plantaron palma de coco.
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Los citricultores señalan que tienen que adaptarse a las condiciones de la naturaleza y que ello buscarán alternativas que les permitan salir adelante de los daños ocasionados por la sequía, plagas y enfermedades que afectan sus cultivos.