El barrio El Dique es uno de los más significativos de Xalapa porque no ha perecido y sigue actualizándose. Ahora el Consejo de la Crónica de Xalapa trabaja en su revalorización y en que la propia gente reivindique su presencia barrial.
La docente de la Facultad de Sociología de la Universidad Veracruzana, Mirna Alicia Benítez Juárez, dijo que ese espacio es conocido incluso internacionalmente, por lo que sus habitantes deben sentirse orgullosos y saber que su barrio es diferente a muchos otros.
Recordó que incluso cuando los lagos se construyeron les pusieron de El Dique, con lo que le dieron la fuerza que tienen. Anudado a ello con la Basílica menor de Nuestra Señora de Guadalupe es conocido local, regional, nacional e internacionalmente.
“La ciudad y el barrio, como todas las ciudades, tiene contradicciones internas y ahora el consejo de la crónica de la ciudad de Xalapa, a través de sus integrantes, estamos intentando recuperar estos espacios para dialogar con las personas y que sepan que es muy importante lo que hacen”, dijo.
Subrayó que la historia la escriben los historiadores, pero la hacen los habitantes “y el barrio El Dique es uno de los más significativos de Xalapa porque no ha perecido, se ha ido actualizando”.
LA HISTORIA
Previo a su conferencia “El Barrio del Dique, desde la mirada de sus vecinos”, dijo que hace ocho años coordinó una tesis de dos jóvenes que hicieron un trabajo sobre el barrio El Dique con el que tuvieron la oportunidad de conocer mejor su historia, a través de una metodología que les hizo realizar entrevistas a tres grupos de personas de distintas edades.
El trabajo se realizó en 2010 y con éste se pudieron percatar que las personas en función de su edad le daban diferentes límites a lo que es El Dique.
“Eso me pareció muy interesante, de seguir impulsando de cómo la gente que lo habita, ya sea porque vive aquí o porque viene a trabajar aquí, interioriza lo que es El Dique”, añadió.
Explicó que hay diversos elementos que le dan sentido a ese barrio, hasta el año 1950, lo que le sustentaba eran las fábricas textiles de El Dique.
“Una que está hoy en lo que es el parque infantil Murillo Vidal y otra en lo que hoy es la Unidad de Artes. El recorrido que hacían las personas entre una y otra fábrica fue lo que le empezó a dar la columna vertebral al barrio El Dique, que es principalmente la calle que hoy se llama El Dique, la cual empieza en Belisario Domínguez, Atletas, Venustiano Carranza hasta llegar al puente Atenas”, precisó.
Refirió que las formas de relacionarse en ese entonces entre las familias era a través del autoritarismo, “machismo”, y los conflictos que eran solucionados primordialmente a golpes, “gritos o machetazos”, lo que se reproducía en el barrio y las fábricas.
Además recordó que en ese momento la capilla se había regresado a las autoridades eclesiásticas, dado que en los periodos posteriores al movimiento revolucionario algunos gobernadores radicales la tomaron y la convirtieron en un teatro.
“Ahí había cierto tipo de espectáculos y a las personas que participaban les pagaban con manta que se producía en las fábricas textiles. Reitero, las fábricas como un elemento sustentador económicamente, la tradición campesina de cómo se reproducían las formas de vida al interior de los hogares y la iglesia que se recupera y empieza a tener a la Virgen de Guadalupe como la imagen a venerar dentro de la capilla”, recordó.
Así, de ser un barrio eminentemente obrero, luego del año 50, se fue transformando en un barrio primordialmente de servicios porque se ubica ahí la Universidad Veracruzana.
“Los lagos también se construyen, y la unidad de Artes se ubica donde estaba una de las primeras fábricas, en Belisario Domínguez, y ahora es un corredor turístico estudiantil comercial. Porque los barrios no son estáticos, se mueven en función de las mujeres y los hombres que lo habitan”, añadió.
Al formar parte de esa investigación invitó a los vecinos de esa zona a que se involucren de una forma más profunda para recuperar más testimonios y en cerca de un año materializarlo y regresarlo a los propios habitantes de El Dique para que conozcan esas transformaciones y se sientan orgullosos de su barrio.