Xalapa, Ver.- El nuevo vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, Juan Beristain de los Santos afirmó que la búsqueda y el encuentro con el Dios de la vida capacitará a la población interiormente para buscar, entre todos, soluciones políticas y sociales.
Lo anterior, dijo en el comunicado dominical, para que permitan ser a los pobres de México, agentes y promotores de cambio en un mundo tan violento y empobrecido "hasta que todos veamos hecho realidad un mundo más humano y fraterno".
Subrayó que la manifestación de Dios en la vida de la persona implica y exige ir al encuentro de los demás, pero sobre todo de los más necesitados.
Agregó que Dios, se le busque o no se le busque, sigue presente en la historia de cada uno para revelar el sentido y significado de la vida y que existe una imagen que sobresale en la fiesta de la Epifanía o de los Santos Reyes: La del camino luminoso de Dios.
"La vida del pueblo de Israel fue una peregrinación constante y vital. El viaje de los llamados Reyes Magos es así, el símbolo de la vida cristiana entendida como una permanente búsqueda de Dios que se revela, como un camino sobre las huellas de Cristo, como una separación radical de las cosas destructivas y de la inercia sofocante en la vida".
"Muchos viven en plena indiferencia"
A su decir, permanecer inmóvil y cerrado en sí mismo genera un enfermizo sentimiento de poseerlo todo y de tener el monopolio de la verdad, "que nos convierte inevitablemente en individuos indiferentes a la Palabra de Dios y a las demás personas".
Expuso que cualquiera que esté instalado cómodamente en su casa y su comunidad no podrá ir a Belén a contemplar la revelación de Dios en el recién nacido y en las necesidades de los más indefensos.
Con la experiencia del encuentro con Cristo de los llamados Reyes Magos, expuso, se abre también hoy un camino estrecho ante la mirada de muchos creyentes para encontrarse consigo mismos y conquistar la libertad, que consiste en buscar el bien y la verdad.
Sin embargo, remarcó, existen hoy todavía muchos bautizados que viven en plena indiferencia y con un doble discurso respecto a la vivencia de la caridad, por lo que aún queda un largo camino y una ingente tarea para encontrar a Dios en los pobres que nos permitan mirarlos con misericordia.
"Creyentes o no, bautizados o no, ricos o pobres, a todos se nos ofrece la invitación de hacer un mundo mejor con una vivencia profunda y humanizante desde el encuentro con Dios".
Refirió que todos tenemos la permanente invitación de abrir el oído y el corazón para ir al encuentro de Dios y de los demás, hasta vivir ya desde ahora el cielo en la tierra.