Fortín de las Flores, Ver.- Ubicado en el fraccionamiento de Fortín de las Flores se encuentra el museo Tatsugoro, que es uno de los museos de árboles bonsái más importantes de Latinoamérica y que alberga aproximadamente 800 ejemplares.
A la entrada se pueden observar varios perros que han sido adoptados de las calles los cuales resguardan el lugar. Además se puede escuchar una melodía instrumental oriental que te transporta a los lugares de donde son originarios los bonsáis.
Los colores rojo, amarillo, morado y rosa resaltan entre el follaje verde de los árboles que a simple vista parecen sencillos, pero que al conocer su historia, procedencia y cuidados, se verá que estos son más que pequeños árboles, son piezas muy importantes de exhibición de un museo natural al aire libre.
Mario Ros Sánchez, propietario del museo Tatsugoro, mencionó que éste antes de fungir como museo era una colección privada y que luego de leer un libro regalado sobre la historia de estos pequeños ejemplares decidió abrir al público su más preciado resguardo y hoy día son 10 años de exhibición 100% natural.
Cabe aclarar que los bonsái que se encuentran ahí tienen desde 5 hasta 500 años de edad. Ahuehuetes, laureles, hules, olivos, juníperos, olmos chinos, maples, fresnos, piracantos, palo dulce, buganvilias, árboles frutales como limón y frambuesa, eleagnus, pino negro, mejorana y pinos son algunos de los árboles que podremos encontrar en el lugar.
Durante el recorrido por los estrechos pasillos del museo, debes prestar atención al lugar porque además de los ejemplares, podrás ver piezas de piedra como: cabeza olmeca, iguanas, búhos y budas los cuales ponen un ambiente natural y oriental. Los bonsái tienen una placa con su nombre el cual se les brinda por el follaje, tamaño o precedencia.
Si se camina un poco más allá de los árboles, podemos encontrar un pequeño sitio adaptado como un jardín oriental, y si se guarda silencio se podrá percibir el sonido de la fuente del lugar que llena el estanque de los peces Koi.
El Museo Tatsugoro ha recibido visita de turistas de: Los Cabos, Tijuana, Brasil, Argentina, China, y Europa, entre otros. Miguel Ros dice que todos ellos expresan lo bello del sitio y el exhaustivo cuidado que ponen los trabajadores en cada uno de los bonsái.
El propietario del museo señaló que los bonsái son de un delicado cuidado, y que todos los días deben de regarse a una distancia que no dañe su pequeño follaje, así como cada dos o tres años deben de sacar el árbol de la maceta para cortar la raíz y hacer cambio de sustrato que funge como tierra de los bonsái, que es un material volcánico que los cubre de las plagas.
Uno de los árboles bonsái más representativos del lugar es el Águila Azteca, nombrado de esta forma porque con sus ramas forma la cabeza de dicha ave el cual tiene aproximadamente 500 años y se encuentra debajo de un domo que lo cubre de las inclemencias del clima.
Sin duda alguna el museo del bonsái Tatsugoro es uno de los lugares de la zona más bellos y relajantes, el cual vale la pena visitar y conocer debido a la naturaleza de estos pequeños árboles.