Prácticas tan cotidianas entre los hombres como el albur, cosificar el cuerpo femenino o admirar a otros hombres que mantienen relaciones de poder con sus parejas también contribuyen a sostener el sistema patriarcal, expresa el psicólogo Francisco Contreras Sánchez.
El especialista en salud pública puntualiza que el patriarcado muta pero sigue vivo, sostenido por hombres reacios a renunciar a sus privilegios, de los cuales la inmensa mayoría ni siquiera tiene intención de entender o reflexionar.
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En la conferencia “Patriarcado, masculinidad y violencia. Un análisis del 25N”, sostuvo que “todas y todos somos machistas”, pues el patriarcado permea todos los ámbitos y naturaliza acciones, conductas y comportamientos.
“La estructura que sostiene la vida en México está atravesada por el machismo y un poder opresor donde las mujeres, personas en edad temprana y adultas mayores son las más afectadas, pero también los hombres”.
“En México vivimos una cultura de la violencia y para contribuir a romper el patriarcado se requiere un movimiento de hombres igualitarios, pacíficos, respetuosos, conscientes y sensibles, así como un sistema cada vez más fuerte del empoderamiento de las mujeres”, indica.
En la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Veracruzana, manifestó que el machismo es un problema de salud pública al ser el principal generador de los distintos tipos de violencia y de violencia feminicida.
Esta última, señala, es la forma extrema de violencia de género contra la mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado.
Añade que está conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar tolerancia social e indiferencia del Estado, y puede culminar en homicidio y otras muertes violentas de mujeres.
Para contribuir al cambio, enumera la importancia de no guardar asilencio, conocer los problemas y señalarlos, denunciar el acoso sexual y desafiar las creencias sobre la masculinidad.
También, financiar organizaciones de mujeres, pedir mayores respuestas y servicios, exigir más datos, impulsar leyes más estrictas, apoyar el liderazgo de mujeres y construir solidaridad con otros movimientos.
Francisco Contreras Sánchez, quien forma parte del movimiento que promueve el reconocimiento de nuevas masculinidades en Xalapa, reitera que el machismo mata al tener a la violencia como un mecanismo aprendido y empleado para resolver conflictos y mantener conflictividades.
A través de las conflictividades se perpetúan desigualdades, inequidades y exclusiones de todo tipo, con lo cual suelen beneficiarse unos grupos, en detrimento de otros
Opina que el compromiso de todas y todos es avanzar en el reconocimiento de la libertad de las mujeres; confrontar los malestares masculinos, y construir espacios libres de violencia.
Asimismo, desarrollar políticas públicas con enfoque diferenciado y perspectiva de género, asumir corresponsabilidad en todas las esferas de la vida y hacer efectiva la igualdad al incorporarla en la cotidianidad.