Aunque desde hace varios años se tenía noción que el polvo del Sahara, proveniente del continente africano, llegaba a México, fue hasta 2017 que se tuvo la evidencia científica de este fenómeno, aseguró Luis Antonio Ladino Moreno, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, quien precisó que la zona de la península de Yucatán es la que registra mayor afectación en el país.
Durante la conferencia virtual dictada en el marco de las Jornadas Ambientales 2020 que organizó la Facultad de Ciencias Químicas de Universidad Veracruzana, el especialista indicó que el polvo mineral, proveniente del desierto del Sahara, hace su llegada en los meses de julio y agosto y su presencia se ha documentado durante los años 2017, 2018 y 2020.
Expuso que en junio de este año la llegada de este polvo al continente americano se dio a través de una gran nube a la que llamaron “gotzilla”, debido al gran tamaño que tenía. Dio a conocer que en nuestro país fue a partir del 25 de junio cuando se registró un incremento significativo de partículas contaminantes.
Precisó que en el caso específico de Mérida, Yucatán, del 23 al 27 de junio el polvo del desierto africano provocó un incremento del más del 100% en la cantidad de partículas, lo que implicó que durante esos días la calidad del aire de esta ciudad fue peor que la de la Ciudad de México.
El investigador universitario dio a conocer que entre los efectos negativos que tiene es que provoca la disminución de la calidad del aire, dificulta la visibilidad y transporta patógenos oportunistas que pueden repercutir en la salud de las personas que tienen contacto con éste. No obstante, reconoció que no todo es negativo, ya que este polvo también sirve como transporte de nutrientes, puede inhibir la llegada de huracanes y ayuda a enfriar la superficie terrestre.
Finalmente, cuestionado sobre las afectaciones a la salud que puede causar el polvo del Sahara y su combinación con el Covid-19, Ladino Moreno expuso aunque no hay investigaciones aún sobre esto, se sabe que éste si contribuye a la contaminación ambiental y por tanto el polvo tiene un impacto en la salud de quienes están en contacto.