El Santuario de Las Garzas sigue siendo un lugar por donde da temor pasar, sobre todo a ciertas horas que es cuando todo está solitario, expresaron algunos vecinos de esa zona, quienes piden a las autoridades acordarse de ese sitio no sólo cuando aparece una mujer muerta.
En el lugar se puede ver una obra en construcción, de la cual vecinas de esa zona aseguraron no saber qué es lo que se va a edificar ahí, pero además aseguraron que el peligro está en todos lados.
Indicaron que hay lugares donde los drogadictos se reúnen y son alrededor de 15 o 20 viciososque mientras la policía ingresa por un lado ellos salen por otro.
Las entrevistadas Ana María Cerdán y María Humildad Xocuitz Peredo dijeron que como mujeres es aún más difícil pasar por ese andador, pues a ciertas horas de la tarde-noche prefieren mejor rodear el Santuario de las Garzas que arriesgarse a caminar por el mismo.
Opinaron que a pesar de que los ecologistas quizás estén en contra, sería prudente evaluar que este andador se convirtiera en calle, pues además de dar un mayor vida a esa zona, sería una vía rápida de comunicación para ese lugar el cual sólo posee un acceso y es por un costado del Centro de Alta Especialidad (CAE) “Doctor Rafael Lucio”.
Ana María Cerdán, vecina de la zona, dijo que lleva 40 años viviendo ahí y lo ve igual, por lo que para ella no hay acciones y es lamentable que las autoridades sólo se acuerden cuando aparece una mujer muerta.
Mostró como hay un árbol a punto de caer, pues hubo un deslizamiento de tierra justo al pie de éste y la autoridad no ha hecho nada a pesar de que esto da al andador principal. Expuso que desafortunadamente hay muchas entradas y salidas e incluso las luminarias de ese lugar son obsoletas.
Insistió en que debería contemplarse la apertura vehicular a esa zona y así se quitaría esa soledad que impera en algunos momentos en el andador y que como mujer —sea de la edad que sea— les da miedo caminar por ahí.
Narró que en una ocasión le salió en ese andador un “malviviente” al paso y afortunadamente le dio tiempo de correr y pedir apoyo a la policía, que lo capturó y se dio cuenta que traía varios objetos con lo que pudo haberla privado de la vida o causarle daño.
“Esto sigue abandonado, no deshierban, hay muchos malvivientes, entra la policía y por un lado ellos y por otro corren los malvivientes. Es más la policía cuando la solicitamos viene y sólo hace un recorrido, pero no se bajan”, expresó.
Comentó que para una mujer pasar por ese lugar es rezar desde que entra hasta que sale del andador y en ocasiones muchas prefieren rodear todo el santuario que pasar por él, pues además refirió que al pie del camino por las noches hay personas drogándose.
Del mismo modo María Humildad Xocuitz Peredo coincidió en que son varias las horas del día en que eso se vuelve una zona muerta y sobre todo si se es mujer da miedo cruzar por ahí o de plano se tiene que cruzar en grupo.
Por su parte Reynaldo Guerrero, presidente de Profesionales por México, expresó que al ser un Área Natural Protegida debe ser obligación en primera instancia del Ayuntamiento, pero también de las autoridades estatales y federales destinar los recursos necesarios para conservarla y sobre todo, involucrar a los vecinos de esa zona para que sean ellos mismos quienes sean los vigilantes de ese lugar.