En el marco de la docencia en los tiempos de pandemia por Covid-19, la investigadora María Cecilia Fierro opina que la presión centralizadora y uniformizante, así como los excesivos controles administrativos, se convierten en estorbo y en enemigo profundo de la formación docente situada porque se desestima el saber local y la manera en la cual los profesores resuelven sus necesidades en situaciones complejas.
La doctora en Investigaciones Educativas considera necesario que el sistema educativo proceda de una manera distinta, con la creación de iniciativas cuyo punto inicial y fundamental sea escuchar a las escuelas, a los docentes, entender sus razonamientos y la lógica con la que resuelven sus problemas.
En su intervención en el Ciclo Iberoamericano de Encuentro con Especialistas, titulado “La formación continua y el desarrollo profesional docente en el contexto de nuevas normalidades”, manifestó que se podría lograr grandes avances si se crearan “áreas de escuelas naturales protegidas, donde exista la posibilidad de que los docentes pongan en juego su creatividad, sus iniciativas y, a través de un diálogo permitido y autorizado por espacios, por posibilidades, logren experiencias enriquecedoras”.
Expuso la importancia de documentar experiencias a pesar de las condiciones que el sistema impone: “Si esto se hace, a pesar y en contra de toda la presión del sistema educativo, ¿cuánto podríamos avanzar?”, cuestionó.
La pedagoga explicó que en un foro realizado recientemente en Guanajuato fue muy clara la existencia de maestros que son líderes naturales, quienes tenían respuestas construidas en el contexto de la pandemia y, sin formación específica alguna, ofrecían pistas para sus compañeros.
En ese sentido, dijo que se debe reconocer a esos docentes, darles voz y crear espacios de conversación con las autoridades educativas.
Por otra parte, opinó se debe enfatizar en la figura del supervisor escolar, quien tiene la posibilidad de acompañar y “reencantar” su trabajo gracias a la escucha genuina.
Manifestó ser testigo de verdaderas transformaciones en directivos escolares cuando entran a escuchar las prácticas de sus docentes.
“Una revolución conceptual y moral con respecto al sentido de su trabajo ocurre cuando entran en contacto con aquello que la propia estructura les ha llevado a alejarse”.
Finalmente habló de la discontinuidad en el sistema educativo mexicano y de la falta de apoyo institucional.
SABERES
En el encuentro virtual también estuvo la doctora argentina Lea Vezub, quien expresó: “Más allá de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y la enseñanza a distancia es necesaria una formación que ayude a afrontar cambios e incertidumbres variables ante distintos escenarios y, sobre todo, considerar la necesidad de recuperar y fortalecer los saberes prácticos”.
También indicó se deben recuperar las experiencias y los saberes que se elaboran durante la práctica, así como los contextos en los cuales ésta se da: “Hay que abrir la mirada, observar, observarse y ser observado”.
En cuanto a las condiciones políticas, habló de la necesidad de pensar en sistemas de apoyo de manera sistémica, distribuidos territorialmente. Expuso se requiere también inversión, financiamiento, acompañamiento, tiempo y la incorporación de facilitadores y asesores en la formación docente.
La pedagoga colombiana Gloria Calvo planteó la necesidad de reconocer a la docencia como una profesión eminentemente social que tiene características que la hacen peculiar y que implica la importancia de reconocer la relación a partir de los otros y con los otros.
Como moderadora estuvo la maestra Rosa Oralia Bonilla, quien señaló que en México, en las últimas administraciones, ha habido una confusión sobre lo que es la tutoría, las asesorías y las comunidades de aprendizaje, que tienen que ver con los enfoques de formación situada.