En Veracruz, un total de 212 mil 275 personas jóvenes entre 15 y 29 años se encuentran excluidos del sistema laboral o se ven relegadas a trabajos precarios, enfrentando estigmas y etiquetas discriminatorias que limitan su desarrollo.
Según Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, el 21 por ciento de los jóvenes veracruzanos se enfrentan al desempleo total, una tasa que supera el doble de la de los adultos de 30 a 60 años, que registran un 9 por ciento de desempleo.
Este fenómeno representa un desperdicio del “bono demográfico” y de las habilidades resolutivas, resiliencia y creatividad de los jóvenes, quienes han tenido que enfrentar contextos adversos.
Además, el 71 por ciento de la población de 15 a 29 años en Veracruz (un total de 560,252 jóvenes) carece de seguridad social, mientras que el 76 por ciento (424,156 jóvenes) no cuenta con contratos estables, lo que agudiza su precariedad laboral y los deja desprotegidos en situaciones de emergencia.
Exclusión y discriminación: obstáculos para los jóvenes
Los jóvenes se enfrentan a altos índices de desempleo, precariedad laboral y falta de oportunidades, situándolos, junto con las mujeres, como uno de los grupos más vulnerables del país, según el informe “Diagnóstico y Propuestas para Erradicar la Pobreza”.
La mayoría de los jóvenes empleados se ven obligados a aceptar trabajos precarios, sin salarios suficientes y sin seguro social.
Actualmente, 10.2 millones de jóvenes trabajan sin un salario adecuado y 9.6 millones carecen de seguridad social en México, lo que subraya la magnitud del problema.
El rezago educativo se presenta como un precursor importante de esta problemática. Los jóvenes que abandonan la escuela tienen una mayor probabilidad de estar excluidos del mercado laboral.
Estas circunstancias, en su mayoría ajenas a su voluntad y resultado de factores estructurales, los etiquetan como “ninis”, un término que con frecuencia se asocia con criminales potenciales, lo que perpetúa estigmas y dificulta su empleabilidad.
Además de estas barreras, el color de piel, la vestimenta, la procedencia escolar, el lugar de residencia, los tatuajes y otros aspectos de diversidad son utilizados como criterios para la exclusión laboral de los jóvenes, creando un entorno discriminatorio.
Los Jóvenes Oportunidad: Desarrollando su potencial
Ante esta situación, la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno insta a gobiernos, empresas y sociedad civil a impulsar acciones efectivas que abran espacios laborales, educativos, culturales y políticos para estos “Jóvenes Oportunidad”.
En México, se calcula que hay 17 millones 242 mil jóvenes oportunidad en todo el país. A pesar de carecer de educación universitaria y provenir de contextos adversos, estos jóvenes de 15 a 29 años de edad poseen un gran potencial, talento y habilidades.
La Alianza cree firmemente que son un factor clave de innovación, capaces de impulsar cambios positivos y transformadores en sus familias, comunidades y el país en su conjunto. Para lograr esto, es esencial que se les incluya, respete y apoye sin prejuicios ni etiquetas discriminatorias.
La Alianza Jóvenes con Trabajo Digno hace un llamado al sector privado y a los empleadores para que no discriminen, abran oportunidades e inviertan en el potencial productivo de estos jóvenes, reconociendo así su capacidad para contribuir significativamente al desarrollo del país.