IXTACZOQUITLÁN, Ver.- Con esfuerzo y dedicación Melesio Romero inició un proyecto para abrir un refugio para burros maltratados, en la barranca de San José, con la intención de protegerlos y rescatarlos, pero ayer le robaron a la hembra de nombre “Eva”, y su novio, “Morgan” quedó vestido, alborotado y abandonado. Recuerda que en noviembre pasado adquirió a Morgan, que es de color blanco, lo ocupaban para acarrear agua desde que amanecía hasta que anochecía. “Llegó con las pezuñas cuarteadas y cicatrices en el lomo”, recordó el encargado del refugio.
Expresó que tiempo después, un miércoles fue al tianguis de la congregación El Encinar, en el municipio de Nogales, donde compró a la burrita, que tenía el cuerpo con marcas de reatas y también con lesiones en sus pezuñas.
“Le curé las heridas a Eva, cuyo pelaje es café, es dócil y agradecida, rebuznaba cuando la alimentaba; pero el domingo pasado ya no amaneció en el potrero, se la robaron. Hoy la buscamos, sin encontrarla”, agregó. El maltrato que durante años sufrieron ambos animales cesó cuando llegaron al refugio para asnos en la barranca de San José. Después de ser tratados y rehabilitados, Morgan y Eva eran parte del albergue, hasta que se llevaron a la burrita. “Ellos no son animales que se desechan tras haber trabajado y sufrido toda su vida. Los estoy comprando para ayudarlos y los “júbilo”, para que no sufran más. Aunque se robaron a Eva, vamos a seguir rescatando burros maltratados”, afirmó Melesio.
Explicó que el burro todavía se asume como animal de carga y tiro y, representa un medio de vida para muchos campesinos de la sierra de Zongolica y las faldas del volcán Pico de Orizaba, aunque como cualquier otro animal, merece el amor de sus dueños.
REDES SOCIALES REGRESAN A EVA
Tras la publicación apareció en el acceso del santuario la burrita “Eva”. Ya se encuentra junto a “Morgan” y como final de película: “Vivirán felices”. Melesio Romero, encargado del refugio, agradeció a quien haya devuelto a la compañera de “Morgan”, para así continuar con el proyecto del santuario de burros maltratados.
“Yo los jubilo para que tengan una vida mejor en el refugio que espero crezca, así que, si alguien quiere vender su burro, lo compro”, resaltó.