La lactancia materna es la acción más eficaz para prevenir la mortalidad en la niñez y una de las formas recomendada para asegurar la salud y supervivencia de los niños, expuso Edu Ortega Ibarra, adscrito al Centro de Investigación en Nutrición y Alimentación de la Universidad del Istmo, quien destacó que si todos los niños fueran amamantados se salvaría cada año 820 mil vidas infantiles.
De acuerdo con estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en México sólo una de cada 10 mujeres que trabaja amamanta a su bebé, el resto les dan fórmulas artificiales.
El investigador lamentó que en el mundo sólo el 40 por ciento de lactantes menores de seis meses reciben leche materna como alimentación exclusiva, mientras que en México el promedio es del 14.4 por ciento, el más bajo en Latinoamérica junto con República Dominicana, durante la conferencia “Código internacional de comercialización de sucedáneos de leche materna” como parte del Seminario Salud y Lactancia Materna realizado por el Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Veracruzana (UV), en el marco del Día Mundial de la Salud.
El especialista en Seguridad Alimentaria y Nutricional expuso que ese código, adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud, representa un conjunto de 11 artículos y reglas que busca proteger a madres, bebés, consumidores y personal de salud, de prácticas inapropiadas de comercialización, presiones e influencias indebidas sobre alimentación considerada más saludable; prohíbe también la promoción de los sucedáneos de la leche materna, biberones y tetinas, y busca asegurar que las madres reciban información adecuada por parte del personal de salud.
Aunado a esto, se debe permitir el uso de fórmula preparada de forma segura para los bebés que la necesiten, venta de productos con información técnica y científica objetiva para los profesionales de la salud, y que todas las etiquetas incluyan información precisa para la preparación segura de la fórmula.
En las resoluciones y actualizaciones del código, la Asamblea Mundial de la Salud señala que la industria de alimentos infantiles no debe dar suministros de leche de manera gratuita a hospitales; promover sus productos al público o personal de salud; utilizar imágenes de bebés en los envases de leches, biberones o tetinas; dar regalos a las madres o trabajadores de salud; dar muestras de sus productos a familias; promover alimentos o bebidas para bebés menores de seis meses de edad, pero no lo cumplen.
Ortega Ibarra concluyó que los gobiernos deben implementar mecanismos de vigilancia y control en la aplicación de este código, dado que a la fecha únicamente la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) vigila el cumplimiento del código en hospitales acreditados (Hospitales amigos de la niñez).