Familias enteras se dieron cita en la Macroplaza del Malecón del Puerto de Veracruz para acudir a “El llamado del tambor”, un evento cultural mediante el cual buscan acercar a las personas a las manifestaciones artísticas, así lo indicó Margarita Guzmán, integrante del Foro Cultural ReEduca México, Arte y Desarrollo Humano.
Explicó que esta actividad surgió hace seis años, a raíz de la inseguridad que se estaba viviendo en la entidad, fue entonces que decidieron buscar una forma de unir a la población “y de paso enseñarles la importancia de expresarse a través de la música”.
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“Es un evento de percusión donde todo mundo toca, se desestresa (…) siempre hemos intentado que la gente venga, toque y que vea que todo mundo puede tocar y otro la hermandad en la música” dijo.
Resaltó que un joven que aprende un instrumento musical es como si aprendiera un tercer idioma por lo que hizo el llamado a no tenerle miedo a la música. “Hay que tenerle gusto a la música porque en la música siempre va a haber cosas que son muy padres, activación de las neuronas de los jóvenes, la convivencia, la socialización”; dijo.
La señora Blanca Irma Hernández asistió al evento junto a su nieta. Consideró que es una actividad favorable para las juventudes y ver la participación de las familias le pareció algo alentador ya que dice, hacen falta más actividades que fomenten la unión y convivencia.
“Muy bonito, muy llamativo y sobre todo que las personas participan y eso es muy bonito, el participar, tener ese anhelo de pasar un buen momento y por la música tan bonita que es, que relaja, nosotros de aquí de Veracruz somos muy pachangueros”, explicó.
Mencionó que para menores como su nieta, quien se encuentra dentro del Espectro Autista actividades recreativas son benéficas puesto que les ayuda a distraerse y a su consideración la música y artesanías son una técnica positiva para desenvolverse y mejorar su interacción social.
“Mi nieta está participando, quiso tomar un instrumento y eso me parece muy bien (…) le ayuda mucho porque desarrolla la mentalidad, la distrae un poco de hacer las cosas que hace normalmente (…) hay cositas que ella hace y repite, repite, repite, entonces hay que ayudarla para que no esté haciendo estas repeticiones, sino al contrario, ella se desenvuelva a hacer otras cosas que le llamen la atención, la música es algo que a ella le gusta mucho”, agregó.
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A lo largo y ancho de la Macroplaza del Malecón se pudieron observar diferentes juegos de mesa gigantes como serpientes y escaleras, la oca, ajedrez y jenga, entre otros, que los asistentes aprovecharon para divertirse y pasar un buen rato en familia.
Aunque con el paso de los minutos el cielo comenzó a nublarse, eso no fue motivo para que se desanimaran, al contrario, la afluencia de personas aumentó puesto que el calor ya no era tan sofocante y eso les permitió disfrutar, comer helados, raspados y otras golosinas que los comerciantes a la redonda ofrecían.