Veracruz, Ver.- Karen Fernanda Trejo Enrique es una mujer veracruzana que rompió los estigmas en el ámbito laboral, luego de que se decidiera a ingresar a una empresa de autobuses buscando el puesto de conductora.
De eso hace ya casi tres años y desde entonces ha logrado ir ascendiendo en su carrera como operadora de autobuses, en un ambiente dominado mayoritariamente por hombres, pero en el que asegura cada vez son más las mujeres que buscan prepararse para participar en esta profesión.
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Originaria del puerto de Veracruz, actualmente tiene 30 años de edad, y relata que luego de ver una convocatoria de la empresa ADO decidió postularse para ingresar a trabajar como operadora de autobuses.
La convocatoria pedía conocimiento básico en la conducción de autos de carga, cosa que ella había aprendido de manera casi accidental, gracias a un amigo de su familia que tenía una flotilla de camionetas y autos de carga que ayudaba a mover en el patio de maniobras cuando lo visitaba.
Yo no iba con planes de quedarme, fui por curiosidad y a probar suerte, pero ya cuando empezó la capacitación tuve que avisar en mi anterior trabajo que ya no iría
Al ingresar a la empresa recibió un curso de capacitación en el que aprendió todos los requerimientos básicos en materia de seguridad para el transporte de pasajeros, algo que afirma no es muy distinto a conducir un automóvil convencional.
“Me quedé trabajando, empecé el 9 de mayo del 2019, llevo más de dos años a la fecha en esta misma empresa, ahora me dedico al transporte de personal, en un autobús tipo urbano, que es igual un autobús”.
En un inicio, Karen Fernanda fue asignada a la división de Turibus, que es un servicio que presta recorridos a pasajeros en zonas urbanas dentro de un circuito turístico.
Aunque en apariencia es uno de los trabajos menos pesados en su área, asegura que no lo fue, ya que se mantenía trabajando largas jornadas y mantenía un trato directo con los pasajeros todo el tiempo, conduciendo un autobús en calles que a veces eran estrechas o tenían que librar el tráfico cotidiano de la ciudad.
Recuerda que por su edad y por ser mujer, algunos pasajeros se sorprendían al verla y hasta expresaban -entre bromas-, incredulidad sobre su trabajo, pero al final los clientes le daban las gracias y felicitaciones por su trabajo.
“Al principio me preguntaban si podía manejar, me bromeaban si no me iba a estampar y yo les respondía que no, pero ya cuando se bajaban las señoras me felicitaban, me decían que yo era muy buena”.
Luego de dos años, logró ascender a su carrera y fue asignada a una división de trasporte de personal dentro de la misma empresa, un servicio que se presta se empresas particulares de manera diaria.
A diferencia de un Turibus, en este empleo conduce en carretera, en jornadas que no son tan largas, pero que le permiten ir preparándose para dar el siguiente paso al transporte de pasajeros en rutas más largas.
La joven conductora relata que no ha sido difícil adaptarse a este empleo, pues de forma personal no ha sufrido acoso laboral de sus compañeros, ni la han discriminado por ser mujer.
Aunque también reconoce que no es así para todos los casos, pues existen compañeras que se han topado con situaciones de discriminación por el hecho de ser mujer, algo que espera sea erradicado con la participación cada vez más notoria de las mujeres conductoras.
“Cuando me tocaba llegar a la terminal varios compañeros como que tenían una preferencia hacia los compañeros conductores, pero no era en todos los casos y traté de hacer el ambiente más llevadero, así fue como me pude ir ganando a mis compañeros”, narra.
Karen Trejo se dice orgullosa y satisfecha de su profesión, ya que le ha dado oportunidad de crecimiento personal y al mismo tiempo estabilidad económica.
Antes de ponerse detrás de un volante, recuerda que mantenía dos trabajos para poder contribuir en su hogar, era empleada de mostrador en el área de salchichonería de una tienda departamental en las tardes, mientras que en la mañana tenía un empleo en el área de limpieza.
Ahora su meta es seguir escalando dentro de la empresa en la que trabaja, para recibir la capacitación que le permita conducir un autobús en viajes más largos, en el servicio de pasajeros tradicional para seguir abriendo paso a otras mujeres en este mismo oficio.