NAOLINCO, Ver.– Habitantes de esta cabecera municipal temen quedarse sin agua durante los próximos meses, tras sostener que las lluvias han sido escasas casi en todo el año y que los calores no cesan.
Manifestaron que durante el verano la sequía fue drástica, al grado de que la cascada de Naolinco se secó y que el volumen del manantial Agua Santa, considerado como fuente permanente del vital líquido, disminuyó.
Mientras obtenía agua del manantial ubicado en la entrada principal del pueblo, Francisco Mendoza sostuvo que los calores de este año han sido extraordinarios, pues recordó que diciembre destacaba por fríos intensos, niebla espesa y "chipi–chipi" en la zona serrana de Naolinco, lo cual, dijo, no ha pasado.
Por su parte Carmen Rivera, habitante del lugar, sostuvo que los calores se mantienen a diario, lo que ha causado la disminución de afluentes.
Durante la primavera y el verano, recordaron, la escasez de agua se agudizó y fue preocupante.
Con la llegada del otoño se esperaban lluvias abundantes, que para los habitantes no fueron tan intensas y apenas sirvieron para recuperar los arroyos y manantiales.
Durante la temporada más crítica, reiteraron, el manantial Agua Santa fue muy recurrido a cualquier hora del día; sus ocho llaves no eran suficientes para satisfacer la demanda de numerosas personas que tenían que hacer fila para poder llevar agua a sus hogares.
Actualmente, los vecinos dicen que el panorama no ha cambiado mucho, pues los calores se mantienen y de continuar podrían disminuir nuevamente los arroyos y manantiales.
El manantial Agua Santa es para los pobladores y gente de otros municipios un lugar seguro para obtener el vital líquido durante todo el año, especialmente en época de sequía; sin embargo, debido a que los calores no han cesado, habitantes temen que la falta de agua se agudice.
AFECTADOS, CULTIVOS Y GANADO
La sequía que se prolongó durante casi todo el año causó devastación en cultivos agrícolas y ganado, además de que disparó la migración en Chicontepec, dijo Omar Santos, integrante del Comité de Vigilancia del poblado Tecomate, en aquel municipio.
Entrevistado en esta capital, sostuvo que las altas temperaturas para ellos son consideradas como históricas, sin omitir que acabaron con cultivos de maíz, frijol y nopales, entre otros granos, así como la mortandad de reses.
Ante la falta de apoyo institucional, abundó, jefes de familia migran constantemente a los estados de Tamaulipas y Nuevo León, para buscar trabajos en maquiladoras y con ello garantizar el sustento familiar.
La citricultura también fue afectada por la sequía; no hubo floración y con ello prácticamente la cosecha de limón y naranja fue nula. En algunos casos, sostuvo, campesinos recibieron préstamos o compras anticipadas de parte de algunas jugueras, que difícilmente podrán saldar.
La falta de agua también fue preocupante para el consumo humano; sin embargo, señaló que a la fecha han logrado abastecerse de manantiales y arroyos que aún se conservan.
Los pocos cultivos agrícolas que se obtuvieron, señaló, fueron vendidos a coyotes, con tal de tener un ingreso garantizado, sin importar que fuera a bajo precio.
Manifestó que los campesinos afectados se encuentran desesperados, pues además de que el apoyo institucional difícilmente les llega, en este año la sequía y el estiaje acabaron con lo poco que tenían en el campo.
Hay gente que tenía apenas dos o tres cabezas de ganado y que las perdieron a causa de la sequía; los frutos tampoco se dieron, grupo muy poca naranja y el maíz y otros granos de plano se secaron
La situación es la misma en todo el municipio, principalmente en las comunidades Jagüey, La Guasima, Zacatal, Siete Palmas y Francisco Villa, precisó.