Hace algunos meses como secretario de Desarrollo Económico y Portuario del Estado de Veracruz, mientras establecía mesas de trabajo con inversionistas internacionales, me llamó mi amigo, Ricardo Ahued, para informarme que debía asumir mi responsabilidad en el Senado de la República, como su suplente tenía que tomar protesta como senador, debido a que el presidente de la República decidió nombrarlo administrador General de Aduanas. Comprendí que mi curva de aprendizaje debía ser muy corta, ya que los trabajos legislativos no se detienen y el país exige grandes trasformaciones que no pueden esperar.
Asumí el cargo y me comprometí a trabajar con total esfuerzo, me incorporé a las comisiones de Economía, Justicia, Hacienda, Relaciones Exteriores: Asia-Pacífico-África y Agricultura; comencé a trabajar en el análisis de los temas que debía impulsar e identificar las necesidades de los diferentes sectores. Fueron tiempos de escuchar y aprender.
Pero ya comenzó el tiempo de trasformar, de legislar con visión de futuro. A siete meses de mi llegada al Senado presenté la iniciativa para la nueva Ley de la Propiedad Industrial, en la que trabajamos en conjunto con la Secretaría de Economía (SE) y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). La actual Ley de la Propiedad Industrial fue publicada en 1991 con el nombre de “Ley de Fomento y Protección de la Propiedad Industrial”, misma que fue modificada en 1994 y paso a ser la “Ley de la Propiedad Industrial”.
El momento histórico en el que se creó exigía que nuestro país tuviera las leyes adecuadas en materia de protección a los derechos de propiedad industrial, ya que México se encontraba en un contexto de la apertura hacia los mercados y en el de la incipiente creación de zonas de libre mercado, así como el desarrollo del comercio mundial, especifícame el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Pero nuestro mundo se ha trasformado en 25 años, el desarrollo tecnológico, el crecimiento de la industria, la dinámica del comercio global y el desplazamiento hacia la economía del conocimiento, exigió a que la ley fuera objeto de diversas reformas, mismas que buscaban mantenerla actualizada conforme a los tratados y acuerdos comerciales internacionales que México signó a lo largo de los años.
Si bien dichas modificaciones eran necesarias, la forma en que éstas fueron agregándose al texto original no fue del todo afortunada, generando un texto complejo, repleto de artículos reformados y adicionados, que la fueron volviendo muy compleja su comprensión. Es ahí donde nace mi propuesta, nuestro país requiere una ley adecuada para seguir fortaleciéndose en el tema, si bien México consolidó un sistema de propiedad industrial que ha permitido que actualmente existan 1 millón 73 mil 566 marcas vigentes, lo que según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual nos coloca en el séptimo lugar del ranking internacional de marcas.
Con la nueva ley se mejora el sentido lógico y jurídico de las disposiciones, se implementen definiciones claras y precisas; se simplifican los procedimientos administrativos en beneficio de los usuarios, se incorporan mejores prácticas, y da cumplimiento a los tratados y acuerdos comerciales internacionales de los que México es parte.
En ella logramos cumplir que la política pública atienda la promoción de la innovación y la creatividad; la facilitación de la difusión de información, conocimiento, tecnología, cultura y las artes; fomente la competencia en la economía mundial, siempre en apego a los principios de transparencia y debido proceso. Se implementa el uso de la tecnología para optimizar los servicios reduciendo costos y tiempos, ya actualmente se realizaban los tramites por medio de mensajería tradicional, por ello en la iniciativa se incluyen disposiciones para regular el uso de medios de comunicación electrónica, en la presentación y trámite virtual de solicitudes, así como la firma electrónica avanzada o de cualquier otro medio que permita la identificación de los particulares. Esta iniciativa involucra desde luego muchos temas, por ello he decidido dedicar mis primeros dos artículos a este tema, posteriormente le competiré otras acciones que estoy implementado.
En el Senado para mí es tiempo de construir. Agradezco el espacio y envío un cálido saludo queridos lectores.