Veracruz, Ver.- Conocida como “la escuela del reloj”, la escuela primaria Vicente E. Barrios es parte de la historia e identidad del puerto de Veracruz con sus inicios en el siglo pasado cuando fue creada como una institución únicamente para varones.
Actualmente se ubica sobre la avenida Díaz Mirón y se caracteriza porque en la parte superior hay un reloj que trabaja a base de cuerda.
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¿Cómo fueron los inicios de La escuela del reloj de Veracruz?
De acuerdo con la actual directora, Eva Lucía Trucíos Arizpe, los antecedentes de esta escuela se remontan al 15 de octubre de 1868 cuando fue fundada como Escuela Número 2 para varones.
Se encontraba en la esquina de las calles La Pastora y Hernán Cortés, justo ahí terminaba la ciudad. Actualmente esas instalaciones ya no existen y esa dirección corresponde a las calles Constitución y Madero en el centro de la ciudad.
José Muntada fue su primer maestro y director y entre los documentos antiguos se tienen listas de alumnos inscritos y sus calificaciones para el año de 1888 a 1889.
Posteriormente, la institución se trasladó fuera de la muralla al Barrio del Cristo a un viejo edificio de madera, que fue comprado por el español Ángel Cano y al que se le instaló un llamativo cronómetro, después se cambió por un reloj que la hizo ser conocida como la escuela del reloj, bajo la dirección de Félix Gómez, Ernestina Tiburcio y Lázara Vázquez.
En ese tiempo el inmueble estaba dividido, una parte era salón de baile y el resto lo ocupaba la escuela, la cual fue reparada en 1925 por la Junta Federal de Mejoras Materiales.
La profesora de 28 años de servicio comenta que aunque en 1910 se pidió cambiar el nombre a Ignacio Allende, actualmente la escuela lleva por nombre Vicente Estanislao Barrios o Vicente E. Barrios en memoria del ilustre maestro de la inmigración cubana, quien desde 1880 hasta 1935, ocupó el cargo de director.
A su deceso la profesora Concepción Estrada ocupó la dirección de forma interina y en 1936 el profesor Maximino Ramos asumió la dirección.
Durante su gestión, se solicitó al entonces gobernador Adolfo Ruiz Cortines la construcción de un nuevo inmueble, también se pidió apoyo al entonces administrador de la Aduana Alfredo Reguero, pero no hubo éxito.
Para 1848 el plantel quedó incluido en un programa de reconstrucción de escuelas que el ayuntamiento prestó a Bienes Nacionales y fue hasta el mandato de Miguel Alemán Valdés cuando las instalaciones fueron demolidas y se levantó un nuevo edificio y más tarde en 1952 se le adosó la casa de junto que fue comprada para poder atender la creciente población.
Sin tener el dato exacto, refiere que la escuela dejó de ser únicamente para varones hace 10 a 18 años y se convirtió en mixta, actualmente alberga a un total de 262 alumnos, 12 maestros, uno de ellos de educación física y dos más de arte.
Hace seis años previo al 150 aniversario se modificaron los pilares de la escuela debido a que presentaba un grave problema estructural y que se vino a agravar con los sismos del 2017.
Actualmente cada ciclo escolar se trata de dar mantenimiento al plantel. “La escuela ya cumplió 150 años en el 2018, ya va para los 155 años y año con año mantenemos la escuela, pintamos, impermeabilizamos, componemos baños, se da mantenimiento a los climas, a la bomba, al aljibe que es casi una alberca, la escuela está en buenas condiciones a comparación de otras que no son tan antiguas, hemos tenido apoyo de algunos exalumnos”, expresa.
Eva Lucía Trucíos Arizpe, expresa que lastimosamente hace justo un año, la escuela fue vandalizada y robada, se llevaron equipos, documentación, tubería de cobre y algunas otras cosas. Lo más triste para la institución, es que vandalizaron el portón, ese portón que tiene 150 años de antigüedad y que es parte de la historia del plantel.
“En estas fechas entraron a robar el año pasado, se metieron el 12 de mayo y se llevaron toda la tubería de cobre, materiales, equipo registraron en la dirección, cuando llegamos en la mañana tratamos de componer todo pero el ladrón regresó al día siguiente porque vino por la pantalla que había en la dirección y se escapó por el portón, un portón con 150 años de historia, lo reparamos como pudimos”, detalla.
Reconoce que aunque el reloj también puede ser atractivo para los delincuentes porque es histórico, realmente es muy difícil acceder a él y es una parte muy valiosa para la institución. De hecho explica que actualmente trabaja de manera mecánica a base de cuerda pero hay el proyecto para que sea automático.
“Queremos que sea automático solo que le falta una pieza, le damos cuerda para que funcione, esperamos conseguir la pieza, estábamos por conseguirla pero vino la pandemia y se paró todo, el material viene de Francia porque el reloj es francés muy antiguo, está complicado llegar a él, no está accesible”, expone.
