ORIZABA, Ver.- La leyenda de la Cueva del Diablo en el cerro del Borrego es una de las más antiguas que hay en Orizaba, que los abuelos narraban antes de dormir, pero hoy día provoca pesadillas. Es la historia de una abuela y su nieta que vivían muy cerca de esa montaña, que es representativa de la ciudad.
Francisco Gómez Sandoval, pensionado de cervecería, a sus 75 años, platica que el cerro es centro de reunión familiar, para hacer deporte y gusta a turistas, nacionales e internacionales.
Recuerda que la historia que a él le contaba su abuela se refería a una jovencita que no podía dormir, y como a diario ascendía a la cima del cerro y una noche se le hizo fácil hacer un recorrido en medio de la exuberante vegetación y el camino sinuoso de la montaña, pues lo conocía a la perfección.
Como jugando, empezó a caminar hacia la parte noreste del cerro del Borrego, donde se encuentra la famosa cueva del Diablo, escuchó el piar de las aves y el sonido de las ramas de los árboles que chocan al soplar el aire fuerte, vio luces e intrigada por lo que serían se aventuró a investigar de qué se trataba, a pesar del miedo que tenía y encontró la cueva.
Se acercó lo más que pudo y vio, aterrada, que alrededor de una fogata encendida al interior de la cueva danzaban mujeres de aspecto grotesco, ¡era un aquelarre!; las brujas danzaban, decían conjuros e invocaban a los espíritus malignos. Espantada la jovencita no se podía mover y en un descuido, una de ellas vio a la joven que temblaba de miedo, llorando.
Las brujas la acorralaron, mientras una de ellas, furiosa le gritó: “¿Qué haces aquí?, ¡impostora!..." La joven pegó un salto y salió corriendo hacia el bosque de la montaña, no sin antes tratar de defenderse y arrancarle un mechón de cabello a una de ellas que estaba cerca de ella.
Tropezó en las piedras salidas de los caminos, se levantó de varias caídas, y por fin logró escapar hasta llegar a su humilde hogar.
Cansada, concilió el sueño, pero fue intranquilo porque en una pesadilla revivía la terrorífica experiencia.
A la mañana siguiente, en cuanto despertó se sorprendió al ver que su abuela parada al pie de su cama. Recuperada del susto de la noche anterior, la joven intentó platicar a su abuela lo que le había ocurrido, aunque sabía que podría costarle un regaño por salir sola en la noche y al cerro.
Sin embargo, su asombro fue mayor al ver que enojada, la anciana la tomó por el cuello y le gritó: “Devuélveme mi mechón de cabello o te saco los ojos…”.
¡Su abuela era una de las brujas que vio danzar alrededor de la hoguera en la Cueva del Diablo!
¿Tú has subido caminando el cerro del Borrego? Hasta hace un par de años, en una parte de la montaña se observaba un letrero que señalaba dónde se encontraba ese lugar…