Xalapa, Ver.- Don Pablo García Sánchez y su esposa María Guadalupe son una pareja de personas mayores que atraviesan por una situación difícil, pues él es el único que puede movilizarse para conseguir comida para su esposa que se encuentra en cama desde hace más de cuatro años. Tienen un hijo, que ante la situación generada por la pandemia trabaja sólo algunos días.
Al visitarlos en su domicilio, ubicado en calle Mangos, de la colonia Manantiales, doña Mary dijo que “están en las manos de Dios”, ya que la situación es muy crítica. “No para la enfermedad, la gente se está muriendo de varias cosas”, comentó desde su cama de la cual no se levanta, pues sus piernas ya no le responden.
A sus más de 80 años, doña Mary recordó que es la única que queda de sus hermanos, por lo cual sólo alguna sobrina la visita y le lleva algunas cosas. Don Pablo, su esposo, hace poco fue operado, por lo que está en recuperación; no obstante es muy activo: cría pollos y gallinas que vende para ayudarse, y sale a conseguir la comida diaria en algunas cocinas económicas, que a veces es donado.
Sus vecinos confirmaron que a pesar de su edad es un hombre activo, ya que lo mismo se le ve recogiendo leña, pues no tienen estufa, que yendo a vender o recogiendo lo que algunas personas altruistas les donan.
Ante la situación por la que atraviesan, algunos de sus vecinos les llevan alimentos preparados, tortillas o algunas frutas; sin embargo, eso apenas ayuda a la pareja, ya que su casa es muy humilde carece de puerta y ventanas; narran que en alguna ocasión se metió un hombre que bajo engaños, diciéndoles que era del DIF, les robo dinero que tenían para la comida del día.
Ahora tanto don Pablo como su hijo dejan cerrada la casa lo mejor que pueden, y le recomiendan a doña Mary que no conteste si alguien llama, pero la verdad es que no tienen seguridad y cualquiera puede llegar hasta la cama donde ella se encuentra todo el día, a falta de una silla de ruedas que la ayude a desplazarse.
Dijo que ante su pobreza ningún médico ha querido ir a visitarle, por lo que sobrevive "gracias a Dios", y a la ayuda de la gente que a pesar de sus carencias les siguen ayudando.