Xalapa, Ver.- La fe sigue siendo un aliciente para las personas que desean mejorar su condición de salud y vivir en paz ante los tiempos de inseguridad y violencia que se registran en el estado. Muestra de ello fue la amplia participación de feligreses en la misa de sanación y unción de enfermos que se realizó ayer en la Rectoría de los Sagrados Corazones.
Hasta este espacio ubicado en la calle Altamirano en la capital veracruzana llegaron decenas de hombres y mujeres de todas las edades, quienes con el corazón en la mano pidieron un milagro. Asimismo, los feligreses pidieron a Dios por la paz, que exista seguridad en todo el territorio veracruzano y por la protección de sus familiares.
El sacerdote José Luis Ortiz Gómez fue quien dirigió la celebración de los asistentes que recibieron un aceite especial en sus manos como signo de salud y esperanza. La celebración de realizó en el marco de la Jornada Mundial del Enfermo, efectuada el 11 de febrero en territorio universal, con la que se busca lograr sanidad a través de la oración. Para la unción de los enfermos se logró la colaboración de los sacerdotes Jesús Ramiro de la Cruz Estrada y Anselmo González Gaspar, mismos que lograron que las personas mantengan la esperanza en Dios.
"Aliviadores al estilo de Jesús", fue el mensaje de esta celebración que permitió a grandes y chicos renovar su fe y reconocer que con ello podrán obtener una mejora en su salud. Mientras los integrantes del coro entonaban cantos para alabar a Dios y agradecer por las bendiciones, los sacerdotes realizaban oraciones con cada uno de los feligreses. Sara García acudió al llamado que se hizo para esta celebración esperando obtener sanación, "confío plenamente en que esta oración, sé que Dios va a ayudarme y pronto dejaré de sentirme mal por la artritis que tengo desde hace algún tiempo".
Ella fue acompañada de su prima Claudia, quien a sus 76 años lo único que pide es que Dios le permita vivir algunos años más para disfrutar se sus nietos. "Yo pido seguir estable, tengo azúcar (diabetes) desde hace como veinte años, ahorita con el medicamento me mantengo, pero quiero tener otros años más para disfrutar de mis nietos que todavía están chiquitos", expuso.
Rafael Pacheco fue a la celebración con la esperanza de encontrar un mensaje de paz, pues a él le preocupa la inseguridad que se vive en el estado. "Cada día uno se entera de cosas peores, hay mucha maldad, lo que uno pide a esta edad es seguridad y paz, no sólo para uno o la familia, sino para todos, por eso pedimos cada día", manifestó.
Cansado de los dolores que le provoca la rodilla que le fue operada por una fractura, Leonel Gutiérrez acudió a la misa, donde pidió por su salud. "Tiene varios meses que me operaron, pero la rodilla me sigue doliendo, lo que vine a pedir es que el dolor sea cada vez menor, yo sé que Dios es bueno con todos sus hijos, vine a pedirle y estoy seguro que saldré de aquí con un milagro", dijo.