Veracruz, Ver.-Familiares de Pablito, el niño que resultó con quemaduras de segundo grado tras explotarle un cohete en el municipio de Medellín, confían en que pueda salvar su ojo izquierdo con la operación que se le practicó en el Hospital Pediátrico de la ciudad de Veracruz.
Adriana Quintero Soriano madre del menor, relató que en cuestión de segundos perdió de vista al pequeño Pablo de 7 años de edad, pues durante todo el día del jueves, habían hecho limpieza en la casa y el niño se había ofrecido a acarrearle agua y arena con una cubeta, pues viven en una muy humilde vivienda con piso de tierra.
Aseguró que el niño, encontró el cohete tirado y en su curiosidad lo acercó al fogón, en donde había cenizas y eso fue suficiente para explotar y causar daños en dedos, cara y ojos.
“Todo el día habíamos estado en la casa, el niño estuvo ayudándome y fue hacia la parte de atrás con la vecina; de repente ya no lo escuche, le pregunté a mi vecina y fue cuando escuchamos, ¡pum!, mi hijo empezó a llorar y a decir, mamá, mamá, no veo nada”, relató.
Indicó que el niño es muy inquieto, pues el año pasado, junto con sus hermanos menores, quemó la casa donde vivían en la calle de Margaritas, Lote 7, Manzana 7 de la colonia Las Flores en el municipio de Medellín de Bravo.
Él sabe que no puede jugar con fuego, el año pasado junto con sus hermanos quemaron la casa, fue como una travesura para ellos, pero perdimos todo. Mi casa de por sí está hecha a base de lámina y cartón, tengo lo indispensable. Logramos reconstruirla con apoyo de vecinos pero yo no tengo dinero, soy madre soltera y ahorita me están apoyando familiares y la madrina del niño pero yo ni celular tengo
Mencionó que aunque cuentan con el seguro popular, no hay medicamentos suficientes y todo lo han tenido que salir a comprar a las farmacias, pero hay medicamentos para la inflamación que cuestan hasta 700 pesos y no han logrado surtir todas las recetas, porque son personas muy humildes.
El niño permanece hospitalizado en la torre Pediátrica y aunque está consciente y puede hablar y comer, aún está irritado y con ambos ojos vendados, esperando una segunda operación para reconstruirle los tendones y tejidos del ojo, porque no puede abrirlos por su propia cuenta.