La tarde del 30 de agosto de 2023, cuando se conmemoró el Día Internacional de la Desaparición Forzada, había reporte oficial de 7 mil 452 casos de desaparecidos en Veracruz; los familiares insisten en ya no hablar de números sino de personas como Alejandro Manuel Soriano Burgos, Guillermo Muñoz Roa, Nora Liz Saldívar y José Miguel Ángel Rodríguez Hernández, a quienes se les espera en casa.
Sin poder evitar las lágrimas, integrantes de colectivos de búsqueda comparten breves historias de sus seres queridos con el fin de sensibilizar sobre un problema que, lamentan, nadie está exento de vivir.
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¿Cuáles son las historias de las desapariciones?
"Mi hijo no es un número. Se llama Alejandro Manuel Soriano Burgos y lo estoy esperando desde ese día en que se bañó, se despidió de beso y salió de la casa; dijo que volvería pronto porque saldríamos juntos”. La cita sigue pendiente…
Con lágrimas en los ojos, Rosario Alejandra Burgos, mamá del xalapeño de 29 años de quien no se sabe nada desde 2014, habla de su dolor no para conmover sino para que, dice, no haya olvido para su hijo y se le siga nombrando.
El 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de las Desapariciones Forzadas, Alejandro fue recordado por su madre y hermana como un joven alegre, con muchos amigos y padre de un niño que hoy está bajo resguardo de la familia materna.
Hay una petición especial: no revictimizar, no hacer comentarios que hieren, no decir “que por algo se lo llevaron”, no hablar a la ligera ni hacer suposiciones de quienes no se conoce, hacerlo, afirma Rosario, lastima y puede entorpecer las posibles investigaciones.
Dice “posibles” porque, al menos en su caso, no hay respuestas y no hay verdad. Solo está la incertidumbre de una madre de 64 años de edad, una mujer jubilada que se ha unido al trabajo de búsqueda junto a otras personas a quienes les sostiene la esperanza de volver a saber algo de sus seres queridos.
“Me dicen que quizá él se quiso ir a otro lado pero no, eso no puede ser. Él era muy cariñoso y uno los conoce, él no estaba preocupado, se ganaba la vida honradamente, no tenía deudas y tenía planes conmigo ese mismo día. En la tarde iríamos a comprar un pantalón para mi nieto”.
Desde aquel 4 de septiembre no hay paz, no hay día en el que Rosario no piense en su hijo y se pregunte cómo estará o si le habrán hecho daño. A él, que le gustaba andar siempre limpio y bien vestido, ¿será que lo tratan bien?, se cuestiona.
“Mientras Dios me preste vida, yo seguiré buscándolo y pido al Estado y a las autoridades de seguridad y justicia que no olviden su trabajo, que nos sigan dando apoyo para que si no encuentro a mi hijo, mínimo encuentre a otros hijos”, dice la integrante del Colectivo Enlaces Xalapa.
“El recuerdo de nuestros hijos vive latente y en muchas madres hay dobles pérdidas. Alejandro desapareció en septiembre y a mi nieto yo lo vi hasta diciembre; de ahí mi nuera ya no quiso que yo lo viera. Sé que él está bien con su mamá y espero verlo más adelante. Es mi único nieto…”, comparte.
De Alejandro Manuel Soriano, su mamá no recibió llamadas de secuestradores, no recibió amenazas o extorsiones. Simplemente desapareció a tres meses de haber celebrado su cumpleaños.
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Fue en un estado donde hasta la mañana del 30 de agosto de 2023, en Veracruz había siete mil 442 personas desaparecidas y no localizadas y, a nivel nacional, 111 mil 098 personas. Veracruz, junto a entidades como Jalisco y Tamaulipas, son las entidades con más personas desaparecidas.
Desaparición de memo cambió la vida de su familia
En la conmemoración en la capital del estado, un numeroso grupo recordó a Guillermo Muñoz Roa, hijo, primo, tío, amigo, papá de un hijo ahora ya mayor y quien desapareció el 16 de noviembre de 2011 en Xalapa, a la edad de 33 años.
Su madre María Antonieta lo describe como una persona alegre, responsable, siempre unida a sus seres queridos, con la confianza ganada de sus jefes; él trabajaba para una compañía de lácteos.
“Siempre andábamos juntos, riéndonos. Éramos muy fiesteros, pero todo cambió”, expresaron sus primas, quienes pidieron permiso en sus trabajos para acompañar a su tía y gritar “¡Hasta encontrarte!”.
Tras la desaparición, María Antonieta no ha parado de buscarlo y forma parte del colectivo La Esperanza del Reencuentro.
Casi 4 años sin saber de Nora
Claudia Ivonne Saldívar también es una buscadora. Ella espera la llegada de su hija Nora Liz López Saldívar, de quien no sabe nada desde el 12 de noviembre de 2019.
La joven madre de una niña estaba embarazada cuando desapareció y tenía en ese momento 23 años. A las 17:30 de aquel 12 de noviembre, Claudia Ivonne narra que supo que su hija no había llegado a recoger a su niña y tampoco había abierto su estética.
Aunque hay avances de la investigación, de Nora Liz no se sabe aún nada. Su madre dice que no desistirá de saber la verdad sobre su hija, quien “daba la camisa por los demás”.
“Yo no pienso irme abajo. Yo voy a insistir, por mi hija voy a seguir, cueste lo que cueste. Gracias a Dios tengo el apoyo de mi esposo, quien siempre está atrás de mí, y vamos a seguir hasta encontrarla porque es una persona, no hay reemplazo”.
José Miguel sigue presente en la vida de sus seres queridos
De José Miguel Ángel Rodríguez tampoco se sabe nada desde el 2016, cuando fue sustraído de su casa junto a su hermano y un amigo. Esposo de Victoria Rodríguez de la Luz y papá de dos hijos, sigue presente cada día, no hay olvido y sí exigencia de justicia y de la verdad.
Víctor, su hijo, rememora a su papá, quien al momento de la desaparición tenía 46 años de edad. Comenta que hasta las palabras duelen, pero el dolor no paraliza, por eso porta una playera con la foto de su papá y una frase: “En los sueños y en el amor por ti, no cabe lo imposible, esperamos tu regreso”.
“Para toda la familia ha sido devastador porque no se perdió uno sino dos, mi papá y mi tío. Y bueno, está mal dicho perder porque en realidad fueron sustraídos, secuestrados”, añade.
Víctor manifiesta que no es algo que se le desee a nadie pues se trata de golpes muy duros que cambian todo el ritmo de vida. Enfatiza que es mentira que mejore, “cada día pesan más las ausencias, sobre todo para los mayores”.
Este año, en la entidad veracruzana los municipios con más registros de personas desaparecidas son Veracruz, Xalapa, Córdoba, Poza Rica, Coatzacoalcos, Orizaba, Boca del Río, Pánuco, Tierra Blanca y Cosamaloapan. La exigencia de seguridad se hace cada vez más fuerte.