Zalayeta (Perote) Ver.- Peregrinos salen de sus congregaciones desde el 9 de diciembre, que es el primer día que se apareció la virgen al indio Juan Diego, y se encaminan a la Basílica de la Ciudad de México en busca del fuego guadalupano.
No importa el frío ni las condiciones que imperen, ya sea corriendo o en bicicleta, algunos incluso en caminata o con las imágenes a la espalda, la fe los lleva a hasta el Cerro del Tepeyac y se les puede ver en todas las carreteras de México y en nuestro estado por la carretera Veracruz-México, en su tramo Perote-Zalayeta, pero también en el tramo Perote-Xalapa o Perote-Martínez de la Torre.
Los peregrinos refieren que calculan sus tiempos, pues el 12 de diciembre deben estar en sus comunidades de regreso, listos para la misa de gallo.
Los costos de traslado no importan, si es poco o mucho a ellos los mueve la fe y el compromiso con la virgen de Guadalupe.
Basilio Hernández García, de la localidad La Gloria, municipio de Perote, dijo que llevan 12 años de celebrar la carrera guadalupana y así alimentar la fe de quienes creen en la virgen de Guadalupe. Refiere que ellos salen a la Ciudad de México el 9 de diciembre y recuerda que en los inicios de esa peregrinación salieron sólo 12 personas, pero ahora son más de 90 quienes participan en esta peregrinación.
Desde su salida el destino está claro, pues se trata de llegar a la Basílica de Guadalupe en La Villa y para poder hacer este viaje se preparan cuando menos con cuatro meses de anticipación.
Agregó que se preparan no sólo de manera espiritual, sino también de forma económica, pues llevan carros y hay que tener dinero para la alimentación y para esto hay que ir guardando un poco de dinero.
Refiere que a parte de lo que cada quien pone requieren como 30 mil pesos en gasolina, casetas y gastos varios que hacen de la peregrinación, como los adornos de los carros.
“El 9 salimos de nuestro municipio, allá dormimos y luego desayunamos, escuchamos misa, hacemos la visita y luego salimos corriendo con rumbo a nuestro municipio”, expresó.
Señaló que a pesar de que llevan los carros porque es donde transportan la comida y donde duermen o descansan para seguir corriendo, la realidad es que desde que reciben el fuego guadalupano salen corriendo de la Basílica hasta llegar a su lugar de origen.
Expresó que son varios los corredores y se van turnando hasta que se acaban sus turnos y de ahí repiten para correr y calculan llegar a su municipio entre las 10 u 11 de la mañana, que es cuando entregan la luz en el pueblo.
Dijo que las personas están contentas con la peregrinación que hacen y año con año se van sumando más corredores, por eso esperan cumplir más años realizándola.
Cabe destacar que sobre la carretera México-Veracruz, en su tramo Perote-Zalayeta, se observan diversas peregrinaciones de distintos lugares, algunas con corredores y otras con peregrinos en bicicletas, pero los que más llamaron la atención fueron los peregrinos en cuyas espaldas cargaban la imagen de la virgen de Guadalupe, además de imágenes de otros santos.
Desde niños hasta personas adultas movidas por la fe participan por el fuego guadalupano, incluso se pudo ver a grupos de personas de lugares más alejados, como el caso de la peregrinación de Emilio Carranza, municipio de Vega de Alatorre, cuyo fervor por la virgen de Guadalupe los encamina hasta el centro del país para llevar a su pueblo el fuego guadalupano.
Refieren que algunos van por manda, otros por promesas o favores recibidos por la virgen, pero en su mayoría van por su fe en la Virgen Morena.