Veracruz, Ver.- Con 72 años el incansable exgobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, el que casi no dormía pues empezaba su jornada muy temprano y concluía durante la madrugada y que además se daba tiempo para dar cátedras de derecho en una universidad privada, permanece en casa bajo terapias luego del derrame que sufrió en el 2018.
Su salud empezó a mermar desde ese año cuando el 22 de marzo sufrió su primer derrame cerebral que le provocó afectaciones en su sistema motriz.
Desde entonces a la fecha han dicho que ha fallecido varias veces, pero Fidel sigue dando la batalla.
La última vez que en redes sociales trascendió que había muerto fue este jueves 15 de julio, cuando por un lado se dijo que había sido llevado de urgencia a un hospital para su atención tras una recaída y por otro se hizo correr la versión de que había fallecido.
Su esposa, Rosa Borunda de Herrera, salió al paso de esto último y cortó esas versiones con la frase: “Hay Fidel para rato”.
Sin embargo, Fidel no solo con su actual enfermedad ha estado cerca de la muerte pues siendo un niño estuvo a punto de ahogarse en el río Papaloapan y se afirma que fue salvado por un pescador de nombre Rafael Cruz Tronco conocido como “El Negro Cruz” quien formó una sólida relación con los años con Herrera Beltrán.
En tiempos de campaña del entonces candidato a la presidencia de la República, Luis Echeverría Álvarez, Fidel vio de cerca la muerte en un accidente carretero ocurrido en 1970. Ese accidente le dejó una cicatriz en la cara como recuerdo de esa desgracia.
En su campaña a gobernador, en la que llevó como principal candidato opositor al entonces panista Gerardo Buganza Salmerón, quien tuvo como asesor al principal enemigo de Fidel, Miguel Ángel Yunes Linares, el cuenqueño tuvo un desgaste impresionante.
Hizo campaña de contacto personal todos los días, casi todas las horas. Aparte de los mítines y encabezar reuniones de trabajo, de estrategia de la campaña y mesas de análisis, asistía a quince años, bautizos, bodas, funerales y todo evento que le representara presencia entre los potenciales votantes veracruzanos.
En los últimos días de su campaña fue notorio su cansancio. Quienes asistieron a sus últimos mítines lo vieron saludar a las multitudes en automático. Ganó por poco, unos 24 mil votos de diferencia, pero ganó.
En su gubernatura fue igual. Sus jornadas diarias fueron extensas y el desgaste físico muy fuerte.
Impuso candidato a la gubernatura e hizo ganar a quien fue su hechura, Javier "N", pero seis años después, en 2017; ocurrió lo que nunca estuvo en sus planes. Ganó la gubernatura su peor enemigo, Miguel Ángel Yunes Linares.
Todas las presiones sufridas y su desgaste de más de 40 años en la política, tiempo durante el cual fue 10 veces diputado federal, senador, Oficial Mayor de la Cámara de Diputados llevaron a que en el 22 de marzo 2018 sufriera su primer infarto cerebral y dos años después el 10 de abril del 2020 el segundo.
Médicos que tuvieron la oportunidad de colaborar en su gobierno aseguran que fue un gobernador fuera de serie con una pila inagotable.
“Era un hombre extraordinario con pila para todo el día, desde temprano trabajando o cuando su agenda de lo permitía salía a trotar, se mantenía sano, comía muy bien, estaba vitaminado, no tuve conocimiento que padeciera de alguna enfermedad, pero como todo ser humano nos vamos debilitando, yo tengo 83 años ya no tengo la salud ni condición de 10 años atrás”, consideró el médico Lorenzo Castañeda Pacheco quien se desempeñó como médico en la Jurisdicción Sanitaria en los tiempos de Fidel Herrera Beltrán.