Orizaba, Ver.- La zona kárstica de Ciudad Mendoza hacia la Cuesta Media, Cuesta Alta y Necoxtla tiene los sótanos más profundos, pues tan solo la del Ítamo tiene 530 metros de profundidad. A estos se suman 7 más que encontraron recientemente, en la Cuesta media, mismos que están vírgenes, dio a conocer Gabriel Gómez Rosete, director de Turismo Sostenible en este municipio.
Dijo en entrevista que durante las prospecciones que hacen para el inventario de recursos naturales para el Plan de Manejo de Turismo Sustentable en el municipio encontraron siete sótanos en la Cuesta Media que están vírgenes, es decir, no están impactados.
Algunos otros sí tienen impacto por el acceso turístico, de tal manera que encontraron basura como graffiti dentro de la caverna y destrucción de la formación de las estalactitas.
En otra zona, hay algunos sótanos no muy profundos, pero ya están impactados por descargas de aguas residuales direccionadas, posiblemente, hacia los manantiales, que son la resurgencia del río Blanco, uno de los afluentes que son de los más impactados en sus aguas.
Para evitar que el daño a esas formaciones continúe, abundó, el equipo que integran Edgar Carmona, el director del Medio Ambiente, Francisco moreno y Gómez Rosete diseñan un plan de manejo de espeleo-turismo, porque las cuevas no son aptas para todo tipo de turistas.
Dicho plan de manejo contempla una propuesta para su conservación, por parte de la comunidad para que detonen las cuevas como sitios turísticos reglamentados y regulados por el ecoturismo.
En la zona de Necoxtla está el Sótano del Ítamo, tiene una profundidad de poco más de medio kilómetro; el Sótano de la Purísima y el de Tecotzingo, que están ubicados en lo más alto de la montaña.
Destacó que se trata de cuevas verticales y muy técnicas, además de que dejan maravillado a todo aquel que las visita.
El Sótano de la Vaca, que está en La Cuesta, tiene 70 metros de profundidad con una cámara del tamaño de la parroquia de Santa Rosa de Lima. “Es una caverna muy bonita, muy higiénica, pero por no ser muy profunda no deja de ser peligrosa”, acotó.
Otra que tiene 50 metros de profundidad, cuenta con una zona de fósiles que se busca conservar junto con la caverna, por mucho más tiempo para que las próximas generaciones las conozcan.
Gómez Rosete dijo que aparte de los de los trogloxenes que son especies cavernícolas, hay murciélagos frutíferos que no son peligrosos ni transmiten virus.
“Dentro de la sedimentación vamos a encontrar insectos cavernícolas, pero lo que más interesa es el agua”.
Algunas cuevas, explicó, están activas por lo que al transcurrir la temporada de lluvia dentro de las mismas cavernas se forman cascadas y pozas y con una calidad de agua potable; pero también han encontrado animales muertos, desde caballos y ganado hasta perros, que contaminan los mantos acuíferos y a futuro los manantiales de Necoxtla, que son los que más se tienen que conservar por la falta de agua en la comunidad, estarían en riesgo. “Tenemos que trabajar en la cultura del agua y la conservación natural”, apuntó.
Gómez Rosete señaló que por la pandemia las cavernas no están abiertos al público, sin embargo, llegan algunos turistas a conocerlos, por lo que les hacen todas las recomendaciones.
“No están abiertas al turismo porque no están equipadas, estamos en fase de topografía, pero hacemos la invitación a los turistas a que sí van a entrar a alguna se registren en Protección Civil y digan a cuál van para tener conocimiento de su ingreso y de su salida con el fin de ofrecer un turismo seguro”, concluyó el entrevistado.