El caso Yoseline N, mejor conocida como YosStop, debe sentar un precedente sobre las repercusiones que tienen las acciones y comentarios que los influencers vierten a través de las plataformas digitales y los medios de comunicación, aseguran académicos de la Universidad Veracruzana (UV).
Refieren que más allá del delito de pornografía infantil por el que la joven está siendo investigada, la discusión del caso debe ir también sobre la violación de los derechos humanos que bajo el amparo de las redes sociales esta y otras personas realizan en sus canales.
Estela Casados González, docente investigadora de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana y coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias Contra las Mujeres – OUVMujeres, se pronunció a favor de que el caso de YosStop se lleve “de manera ejemplar” de tal forma que permita a todos y todas reflexionar sobre el papel de los influencers en la vida pública y que estos se vean obligados a manejar de otra manera los contenidos que comparten.
"En caso de que sea liberada esta chava los demás se van a seguir moviendo de la forma en la que lo están haciendo (…) creo que si se deja libre a esta mujer que dicho sea de paso actuó con dolo, mala fe y en decremento de los derechos humanos de una menor de edad, va a ser un precedente de que se le puede hacer cualquier cosa a una persona vía youtube porque como no está regulado ‘es tierra de nadie’ y no se debe permitir".
La investigadora universitaria precisó que tras la denuncia interpuesta contra Yoseline N por parte de una joven que fue abusada sexualmente siendo menor de edad y cuyo video fue almacenado y descrito por la youtuber, quedó de manifiesto el vacío legal que hay para regular este tipo de situaciones y cómo estas personas se mueven en medio de una laguna legal muy importante.
Y es que, precisó que el apelar al interés periodístico en este caso es inaceptable ya que la atención dedicada a este hecho por parte de la detenida no fue para hacer una referencia o tratamiento de orden periodístico del caso de abuso sino para denostar, humillar, exhibir y revictimizar y culpabilizar a una menor de edad.
“Si bien es cierto que medidas como la que se están tomando con YosStop no solucionan el problema, creo que a nivel de precedente es importante lo que se está haciendo porque se trata en muchos casos de personas que tienen un manejo bastante descuidado e irrespetuoso de los derechos humanos porque para lo que están trabajando es para alimentar el número de seguidores y su influencia en los mercados.
Respecto a las repercusiones que tienen los comentarios negativos que se vierten en las redes sociales sobre personas en específico o grupos sociales, Casados González consideró que las víctimas directas estos comentarios les afectan de manera “prácticamente irreversible” ya que las coloca como objeto de burla viral. “Cuando se trata de personas menores de edad se sale de toda proporción y no lo pueden siquiera soportar”, consideró.
INFLUENCERS, DE ANIMADORES A LÍDERES DE OPINIÓN
Por su parte, José Luis Cerdán Díaz, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana (UV) aseguró que desde hace algún tiempo las nuevas generaciones se han valido de las redes sociales y de los personajes como influencers o youtubers para formar la mirada que le dan al mundo, a su entorno y a ellos mismos.
Y es que, dijo, este grupo generación ha abandonado los medios de comunicación tradicionales que cuentan con protocolos para el tratamiento profesional de la información y se han refugiado como fuente de información para generar un criterio en personas que tienen básicamente “nada” que decir pero que son simpáticas, bonitas.
"De manera que vemos a personas que en otro momento serían solamente 'animadoras' de un festejo casero, hoy con la tecnología contemporánea tenemos muy ubicadas en amplios sectores de la población, particularmente jóvenes".
Para el catedrático universitario, esto ha permitido que se den situaciones como la de la influencer YosStop en donde se da una cara a la gente y de pronto salta a la vista “huecos en su ética”. Consideró que, aunque no se trata de “nada nuevo” en la sociedad ya que estas personas han estado siempre, con el acceso a las redes sociales estos huevos se ven reproducidos y distribuidos de manera mucho más amplia.
Sobre la regulación de las redes sociales, el catedrático universitario advirtió que, en ese tema, cualquier decisión que se pueda tomar al respecto tendría un “costo terrible” en la medida de que estas se han convertido en la posibilidad de equilibrar posibilidades de expresión que antes poseían solo quienes tenían el control de los medios de comunicación. Además, dijo, las redes sociales están siendo ya objeto de un control por parte de los corporativos que controlan estas plataformas mediante una censura supranacionales.
Finalmente, respecto al caso de pornografía infantil por el que está siendo procesada la joven, expuso que se trata de un delito penado sin importar la forma en la que se haga y que debe ser castigado como tal. “El asunto no es de libertad de expresión, esto no tiene nada que ver con la expresión, sino que forma parte de los Derechos Humanos de una persona que además era en ese momento una menor de edad”, concluyó la especialista.