En el tema de movilidad y autonomía, para que el Estado garantice la protección a personas adultas mayores tendría que modificar leyes de tránsito y vialidad, destinar un carril en avenidas amplias, así como otorgar distintivos especiales a vehículos manejados por mayores de 60 años, expresa en entrevista el abogado Rafael Hernández Matías.
En un contexto en el cual en México no hay límite de edad para la expedición de licencias de manejo, todo conductor debe cumplir con la realización de exámenes médicos, indica.
“La licencia no se debe restringir sino evaluar si las personas son aptas para manejar vehículos”, subraya el abogado, con el cual coincide José de Jesús Rodríguez Fernández, abogado y quien se ha desempeñado como perito criminalista.
“En el sistema corrompido de nuestros queridos México y Veracruz, la licencia la saca quien tiene dinero para sacarla. Es mentira que se hacen los exámenes”, dice Rodríguez Fernández a partir de lo observado.
Recuerda el caso en Xalapa de una persona de 50 años con epilepsia, quien tuvo un evento convulsivo y ya sin control del volante atropelló a una vendedora de la Rotonda, quien perdió la vida.
Reitera que las personas adultas mayores están amparadas por el derecho humano a la no discriminación por edad y cualquier situación en contra de su dignidad humana, sin embargo, en el caso de las licencias, sí ve como un problema no hacerles estudios médicos.
“El Estado tiene entre las asignaturas pendientes la prevención de delitos. ¿Cómo puede hacerlo?, normando situaciones. En la protección a este sector de la población, realizar exámenes médicos es una manera de no ponerlos en riesgo, ni a ellos ni a otras personas”, declara.
Protección y proyección
En un contexto en el cual Veracruz es una de las cinco entidades del país que presenta un ritmo más rápido en el envejecimiento de su población (Conapo), Rafael Hernández precisa que en mayores de 60 años, ante la disminución de los sentidos, es obligación del Estado brindar mayor protección y prever para el futuro.
La disminución de los sentidos no es impedimento para no contar con licencia, pues hay quienes están en plenitud de sus facultades físicas y cognitivas, aclara.
El profesional del Derecho precisa que hasta en la disminución de capacidad motriz, el vehículo podría ser rediseñado si hubiera una ley que obligara a las armadoras a hacerlo e incluso se pensara en una velocidad limitada.
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“Cuando en 2050 la población de más de 65 años sea mayor al 30 por ciento del total, hay que imaginar las necesidades de movilidad para asistencia médica, cuando muchas de esas personas estarán solas, con un sistema de transporte encarecido”.
El abogado cree que dentro de las distintas regulaciones en participación ciudadana se puede buscar al Estado como proveedor de capacitación y el incentivo para crear clubes de adultos mayores para atención médica con un solo vehículo.
“El Estado proveería la norma, la motivación y los incentivos, y esos clubes ayudarían mucho a sufragar los gastos que conlleva tener un vehículo personal para trasladar a uno o más adultos mayores”.
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Al ahondar en la creación de distintivos especiales, opina que sí debe haber mayores protecciones; además, las autoridades motivarían a otros conductores a respetar a quienes están en un vehículo identificado para adulto mayor.
Enfatiza la existencia de muchas personas en este grupo poblacional que están solas y deben trasladarse a sus atenciones médicas o cualquier otra necesidad; “sí se deben modificar leyes y reglamentos viales”, reitera.