Xalapa, Ver.- La experiencia que dan los años, las vivencias y las personas que conoció se convirtieron en la inspiración que le permitió a Donaciano Barradas Ortega decidirse a escribir un libro que, a pesar de estar editado e ilustrado, no ha sido impreso por falta de recursos.
El oriundo de Emilio Carranza del municipio de Vega de Alatorre es un gran luchador de la vida y ejemplo de varias generaciones en la rama de la educación, herramienta que, asegura, provoca el crecimiento humano.
A sus 83 años sigue dando cátedra de lucha, sobre todo en el área de las artes, donde quiere incursionar con la publicación de su libro, mismo que le llevó algunas horas de dedicación. “Hilando vidas” es el título del ejemplar que decidió escribir ante la insistencia de familiares, amigos y colegas que vieron en él, no sólo habilidad para la redacción, sino para recordar, crear y soñar.
El libro contiene cuentos cortos, en total 28 historias de personas que conoció en algún momento de su vida, con las que tuvo alguna relación personal o laboral y que convirtió en narraciones que merecen ser leídas.
Fue en septiembre de 2018 cuando surgió la oportunidad de poder crear un libro, mismo que quedó editado y armado en diciembre del mismo año. Ello con la participación y colaboración de Jorge Vázquez y Sangabriel como coordinador, Ilan Daniel Guillén Morales, como responsable del diseño, composición e ilustraciones, así como de Sebastián Fund Moscovich, quien fue el ilustrador de la portada.
Con el paso de los años Donaciano aprendió que la preparación es indispensable para cumplir las metas y el desarrollo profesional, por lo que desde su niñez y hasta la fecha sigue estudiando.
Al nacer en una familia humilde, donde el trabajo de los padres era indispensable para lograr el sustento de diez hijos aprendió desde pequeño a buscar su desarrollo personal. Su primera intención fue viajar a Estados Unidos, por lo cual decidió, con la ayuda de unos familiares, comenzó sus estudios en inglés a la par que acudía al bachillerato; sin embargo, la oportunidad no llegó.
Tras ello, se encaminó en el trabajo de construcción de carreteras en San Luis Potosí, Chihuahua y Torreón desde donde fue contratado por una empresa estadounidense con la colaboró en el área de infraestructura en Nuevo México y San Antonio, Texas.
Al concluir su contrato, regresó a la capital veracruzana para estudiar Ingeniería Civil y Agrimensura en la Universidad Veracruzana de donde egresó y se tituló en 1961. Una vez egresado se involucró en la construcción de caminos en la entidad, por lo que viajó hasta Playa Vicente, donde su capacidad para la enseñanza fue descubierta y por ello consiguió su primer trabajo en la educación pública, específicamente para dar clases de matemáticas.
Fue así como se convirtió en maestro fundador del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (Cbta) y de las Secundarias de Juan Rodríguez Clara, Chinameca, San Pedro Soteapan, San Juan Evangelista y Jesús Carranza, entre otras.
Para 1999 se unió a las redes sociales, donde comenzó a transmitir a sus escritos con sus amigos no sólo de México, sino de otros países.