Veracruz, Ver.- En medio de la desesperación por la falta de trabajo, Alicia de 24 años pensó hasta en entrar a una tienda a robar con tal de asegurar el alimento para sus dos hijos.
Con la pandemia del Covid-19, hoteles y restaurantes de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río se vieron obligados a recortar personal debido a la disminución del flujo económico, las restricciones sanitarias y la ausencia de turismo.
Alicia, madre soltera de dos menores, se había empleado como camarista de un hotel en la zona en el mes de febrero y dos meses después fue despedida.
“Me puse a chillar cuando me despidieron porque pensé mucho en mis hijos, no tengo el apoyo de su papá, soy madre soltera y ellos dependen únicamente de mi”, dijo.
Explicó que fueron dos largos meses en los que, aunque buscó emplearse en otra cosa, no encontró nada porque todo estaba cerrado y la desesperación empezó a invadirla.
“Fueron meses muy difíciles, no sé ni cómo le hice pero no fue nada fácil, acudí a amigos y familia para pedir dinero prestado pero nadie me ayudó, algunos estaban en la misma situación o peor que yo, casi pensé en asaltar un Aurrera de lo desesperada que andaba ya si me llevaban presa era porque había robado comida para mis niños, mis hijos pedían de comer, así anduve, hasta que pude emplearme en la galletera que ahí sí te ganas una lana pero está bien cabrón porque por el calor hasta se te sube la presión”, comentó.
Hace apenas unos días que le llamaron del hotel para regresar a su trabajo como camarista.
“Me hablaron de regresar a trabajar y acepté porque en la galletera se gana más dinero, pero es más pesado el trabajo. Aquí me llevo un extra con las propinas y como trabajo todo el día una tía me cuida a mi hija y mi hermana a mi hijo, me pone triste que no estén conmigo, pero por ellos le echo ganas”, relató.
Otra que también sufrió los estragos de los despidos originados por la emergencia sanitaria fue Mayra de 27 años, quien trabajaba en un restaurante y fue despedida ante la ausencia de comensales.
Comentó que, aunque de mesera percibe un sueldo bajo con las propinas se completa para los gastos de sus hijos y para ayudar en casa, sin embargo, al no contar con ninguna entrada la situación fue bastante difícil, aunque de no haber sido por su papás, pudo haber sido peor.
“Estuve ocho meses sin trabajar, buscándole por todos lados, pero no había nada, mis tres hijos y yo vivimos con mis papás y ellos fueron los que me echaron la mano por eso la comida no faltó gracias a Dios pero si fue muy triste para mí no tener trabajo, estoy acostumbrada a trabajar para mantener a mis hijos y ayudar a mis papás con el pago de la luz, que para la comida y así pero no tener trabajo es una situación muy difícil, desesperante porque mis hijos querían ir a la tienda y yo no tenía ni para comprar un refresco y busque y busque trabajar en lo que fuera pero no había nada. Yo ya había trabajado de cajera en un OXXO pero tampoco había contrataciones ahí”, dijo.
Afortunadamente en noviembre, Mayra regresó a trabajar al restaurante y espera mantenerse en él ya que solo le falta firmar un contrato para que pueda obtener su planta y asegurar el empleo para poder mantener a sus tres pequeños.
Aunque la mayoría de los hoteles recortó personal sin ningún tipo de beneficios para sus trabajadores, algunos otros siguieron pagando los sueldos del personal en apoyo ante la crisis que se venía por el virus SARS-CoV-2.
“El hotel donde yo trabajo nunca cerró, solo que la mitad de los empleados nos mandaron a casa, pero nos respetaron nuestros sueldos y prestaciones, solo nos pidieron dos solidarios al mes, pero fue lo único”, comentó, Yazaira.
Explicó que el hotel donde trabaja se ubica cerca de un hospital en la zona poniente de la ciudad por lo que el flujo de huéspedes se mantuvo y sólo por las recomendaciones de la Secretaría de Salud la mitad de los empleados dejó de trabajar, pero se les mantuvo su sueldo intacto.