La zona de bosque y de campo agrícola dañada por los incendios registrados en la región de las Altas Montañas debe ser estudiada para que se implementen estrategias que permitan recuperar la flora, la fauna y volver a cosechar con una abundante producción, dice Juan Artemio Rodríguez Maceda, presidente del Comité Regional Campesino de la CNC en Orizaba.
En entrevista, señala que la zona incendiada de por sí sufría de la tala inmoderada, lo que hace necesario poner en marcha un proyecto estratégico de restauración y de reforestación.
De manera inicial, agrega, se necesita saber qué tanto se perdió, qué tanto quedó destruido y de ahí no cesar los estudios y las estrategias que se requieran para que los suelos sean productivos una vez más y el bosque sirva de refugio para las diversas especies.
¿Cuántas hectáreas fueron afectadas por los incendios en las Altas Montañas?
Sostiene que a la fecha se habla de más de 2 mil 500 hectáreas de bosque dañadas por los incendios, sin que aún se tenga un conteo final, pues hay zonas de difícil acceso que no han sido contabilizadas por la Conafor. "Aún sigue el recuento y la valoración de los daños; no se sabe cuánto ha sido afectado, pues además de afectar al bosque, también hubo pérdida en la agricultura y de animales de granja", dice.
Señala que los incendios forestales han tenido mucha actividad en esa región del estado y que los más devastadores han sido los registrados en tres polígonos, entre los municipios de Nogales, Ciudad Mendoza, Soledad Atzompa, Rafael Delgado y Huiloapan, del 24 de marzo al 4 de abril.
"Las mayores afectaciones fueron en pastizales, pues la zona contaba con cierto grado de deforestación, sin embargo, el fuego también dañó casas y algunas plantaciones", señala.
Recalca que es necesario no hacer a un lado los trabajos de remediación ambiental para que las hectáreas que se quemaron puedan reverdecer y servir nuevamente como refugio de numerosas especies, incluida la del Gecko, que suele ser común en esa región.
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En lo que se refiere a la agricultura, manifiesta que tampoco se ha realizado un reporte oficial para saber la superficie dañada y agrega que igual será necesario realizar estudios de suelo para saber si aún son aptos para cultivar.
"Se perdieron algunas plantaciones de maíz y de árboles frutales, como los de aguacate; lo importante es remediar, pues cada árbol juega un papel importante en el medio ambiente y en la naturaleza", manifiesta.