ÁLAMO, Ver.– Los aparentes casos de intoxicación masiva ocurrida en octubre del año pasado entre alumnos de la Escuela Secundaria Técnica 67 de esta ciudad han quedado apenas como una experiencia que padres y madres de familia, además de estudiantes, confían en que no vuelvan a ocurrir.
Víctor Hernández, padre de uno de los jóvenes afectados, sostuvo que en esa ocasión vivieron momentos de angustia y de incertidumbre, pues la salud de los aproximadamente 45 jóvenes aparentaba demacrarse.
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¿Cómo están de salud las y los estudiantes de Álamo?
Por su parte, Rosa Isela, madre de familia, abundó que los y las estudiantes que en esa ocasión estuvieron bajo hospitalización y tratamiento médico, a la fecha gozan de buena salud. Tras lo sucedido, a cada uno de los estudiantes se les dio el seguimiento necesario para garantizar que no tuvieran secuelas.
Incluso, las instalaciones de la Escuela Secundaria Técnica fueron sometidas a una estricta limpieza para prevenir un incidente similar. También señalaron que no todos los gastos de hospitalización corrieron de parte del Gobierno del Estado, pues hubo estudios y consultas médicas que fueron pagados por padres y madres de familia.
A la fecha, la versión oficial de que se trató de un caso de histeria colectiva no los ha dejado satisfechos, pues cada síntoma que tuvieron los y las jóvenes afectadas, como vómitos, náuseas y dolor de cabeza, entre otros, para ellos fueron reales.
¿Cuándo ocurrió la intoxicación de jóvenes?
Los hechos se remontan a la mañana del 17 de octubre, cuando de manera repentina alumnos de la Secundaria Técnica 67 comenzaron a desmayarse durante un acto cívico, en el que incluso estuvo presente la alcaldesa Blanca Lilia Arrieta Pardo (Morena) y la Banda de Guerra del Ejército.
En ese entonces se hablaba de una nube tóxica o de una posible fuga de gas o crudo como la posible causa.
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Los menores fueron trasladados en ambulancias y automóviles particulares al Hospital General Álamo, ubicado en Estero del Ídolo, además de clínicas privadas de Poza Rica y Tuxpan.
Los síntomas que presentaron fueron dolor de estómago y de cabeza, entumecimiento, náuseas y engarrotamiento, como si se tratara de una intoxicación masiva.
En esos hechos intervinieron también la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). El resultado de las investigaciones no se dieron a conocer.
Sin embargo, con el paso del tiempo los y las estudiantes presentaron una notable mejoría en su salud y desde principios de este año volvieron a las aulas para continuar con sus estudios.