Veracruz, Ver.- Con todo un banquete de comidas y postres en un altar que se extiende por todo el comedor de la casa donde se agregan objetos personales y muchos detalles elaborados a mano, Jesús Rodríguez Hernández recibe a sus difuntos, entre ellos su padre Leopoldo que hace nueve años partió de este mundo.
Aunque es originario de Córdoba, por cuestiones de trabajo vive en el Estado de México por lo que apenas unos días antes del Día de Muerto viaja a Veracruz para montar el altar.
¿Cómo prepara su altar de Día de Muertos Jesús?
Junto con su hermana Paty elaboran algunos adornos para decorar la ofrenda, entre flores de papel, calaveras, tapetes y otros detalles de colores que hacen una representación única de la festividad que celebra el regreso temporal de los familiares más queridos.
La comida se prepara fresca y se trata de todo un banquete que incluye los antojitos típicos de Veracruz como picadas, garnachas, empanadas, tacos dorados, plátanos tamales, mojarra frita, hot cakes, hot dog, arroz con leche así como mucha fruta, pan, dulces, galletas, jugos, bebidas, yogures, botellas de licor y todo lo que a su padre le gustaba disfrutar en vida.
“Con el apoyo de mis hermanas montamos el altar para mi padre y otros familiares, tenemos muchos recuerdos bonitos y mucho amor hacía él y se lo demostramos de esta forma, nos llevamos varios días creando todo, yo llegué el miércoles y nos pusimos a trabajar, una de mis hermanas elabora las flores, otra cocina, porque la comida es fresca, del día, el postre favorito de mi padre eran los hot cakes y aquí se los ponemos”, detalla.
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Relata que su padre se dedicaba a vender leche por lo que se agrega una perola de leche y muchos objetos personales que aún conserva, como su billetera, un reloj que fue regalo de un familiar que también ya trascendió.
“Como puedes observar se colocan objetos personales de mi padre, como se dedicaba a vender leche le ponemos una perola de leche, un vaso lechero, conservamos su billetera, también hay un reloj que tiene historia, se lo regaló un familiar, también su teléfono”, expone.
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En el altar, además de la fotografía de su papá también hay otros familiares, como tíos, abuelos, primos, cuñadas que se han quedado en la memoria de los que aún viven.
Jesús menciona que desde la partida de su padre, el 9 de marzo de hace nueve años, se ha dedicado a montar el altar y cada año le ha ido agregando más detalles, actualmente se extiende por toda la zona del comedor, algunos amigos lo han felicitado por la bonita representación que realiza.
“Como que cada vez se te vienen más ideas, cada año digo que lo haré de esta forma que le pondré esto, en esta ocasión mandé a hacer unas carpetitas, le agregue unos cuadritos, mi hermana elaboró unas calaveras y las decoramos, vamos implementando”, dice.
El altar se queda montado todo el 1 y 2 de noviembre y es motivo de celebración y reunión, pues a la casa de su madre llegan hermanos, sobrinos, nietos y otros familiares.
“Este día también aprovechamos para reunirnos en la casa de mi mamá, comemos juntos ya el domingo que es el día de descanso de todos, levantamos y las flores las llevamos al panteón, dejamos algunos adornos y otros los guardamos para el próximo años”, destaca.
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Jesús trata de inculcar esta tradición a las nuevas generaciones dentro de su familia para que continúen con la colocación de altar, pues considera importante que se preserve esta tradición y que no se olvide a los seres queridos.
“Espero que los sobrinos continúen con esta bonita tradición que espero que no se pierda, porque cada día se va perdiendo, es feo porque la gente de hoy no recuerda a sus seres queridos, nosotros le inculcamos a nuestros sobrinos para que sigan con la tradición”, señala.