Jóvenes veracruzanos destacan con sus talentos

Conoce la historia de Aisha, Julio Israel, Shaden Alejandra y Yael, quienes destacan en el violín, violoncello, baile y escritura de novela

Maribel Sánchez | Diario de Xalapa

  · miércoles 12 de agosto de 2020

Foto: Cortesía Aisha Corona

La contingencia sanitaria por Covid-19 no ha sido impedimento para que Aisha Corona, Premio Nacional de la Juventud 2019, continúe acumulando logros y distinciones.

En julio pasado la violinista xalapeña obtuvo primeros lugares y un premio por excelencia en competencias virtuales de alcance internacional.

Feliz y satisfecha por aprovechar el tiempo al máximo durante la etapa de confinamiento, la artista de 17 años compartió su alegría por haber ganado el primer sitio en el Concurso Internacional de Violín Henryk Wieniawski, el cual se celebra cada cinco años en Poznan, en honor del compositor polaco.

También, por sus interpretaciones, recibió el Premio por Excelencia en el Festival de Violín de Singapur, así como el segundo lugar en la 7ª Competencia Internacional Enkor.

En entrevista, mencionó que la pandemia llevó a algunos gestores culturales a no suspender los certámenes y aprovechar las herramientas digitales existentes, lo cual a ella le facilitó participar. Puso como ejemplo el Festival de Singapur, pues en condiciones normales los gastos de transporte y hospedaje habrían estado fuera de su presupuesto.

Por la situación mundial, tuve que cancelar unos recitales y cursos en Europa, a los cuales asistiría por primera vez con maestros de Madrid, Bélgica y Francia. Sin embargo, los resultados en las competencias me hacen estar muy emocionada.

Aisha Corona, quien a los cinco años de edad se convirtió en recitalista y su debut como solista de orquesta lo tuvo a los seis, considera que estar en casa puede servir para hacer lo que a veces queda pospuesto por asistir a las clases presenciales en la escuela.

“En mi caso, me he divertido mucho. Así como he seguido con mis clases de música y francés, también he dedicado tiempo a leer, a escribir una novela que inicié hace algún tiempo, a cocinar, a hacer ejercicio y a bailar, que es otro de mis grandes gustos. Desde los ocho años bailo hip-hop”, indicó.

Aunque por el momento no piensa mucho en el futuro, la joven violinista acepta estar a la expectativa de cómo serán las presentaciones de orquestas, pues la mayoría congrega a más de 100 músicos.

“Las presentaciones serán difíciles, pero habrá que mantener la calma y esperar”, dice para enseguida destacar la importancia de la cultura y el arte en la vida de los seres humanos.

“Es muy fácil detectar por qué el arte es imprescindible. Ahora que muchas personas estamos en casa a lo que recurrimos es a la música, a la literatura, a observar películas, a bailar, lo cual significa que nos brinda grandes beneficios. Más allá del entretenimiento, está también el aporte a la salud mental y emocional”, finalizó Aisha Corona.

JULIO ISRAEL, CON LA MÚSICA EN LAS VENAS

Julio Israel Estrada Rendón trae la música en los genes. Desde los 6 años de edad tocaba la jarana, la leona, y luego el violín; sin embargo, nunca se sintió tan identificado con alguno de ellos hasta los diez años que tuvo su primer acercamiento con el violoncello. Cuando hizo sonar la cuerda más grave “Do”, el sonido retumbó en todo el cuarto e inmediatamente se sintió atraído hacia él. Es el instrumento que le hace más feliz. Julio es hijo de Israel Estrada del Ángel, creador del grupo Nizin, quien proviene de músicos de mucha tradición en la región de Misantla como las familias Espinoza Gerón, Gerón Contreras y Marcos Gerón, esta última dedicada al son jarocho, huasteco y la versada, y por el lado de su madre María de Lourdes Rendón Sánchez, es heredero musical de Genaro Sánchez Hernández, uno de los requintos más famosos por su técnica para tocar el requinto romántico de la región centro-norte de Veracruz.

Foto: Cortesía Julio Estrada

Julio Israel estaba a punto de titularse de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana en la opción de violoncello, titulación que quedó pendiente debido a la pandemia ocasionada por el Covid-19. Hoy está a la espera, ya que como no tiene en puerta un posgrado en el extranjero, no es evaluable.

Para titularse preparó el Concierto de Elgar, el cual ejecutará pues en cuanto lo escuchó se imaginó toda su vida en la Facultad. “Es mi deber tocarlo, algo tiene que decirnos”, comenta. También ejecutará Fantasía para cello y piano del compositor mexicano Samuel Zyman, pieza que eligió “porque es muy folklórica, diferente a la música antigua y barroca que ha tocado”, ya que su corazón pertenece a la música folklórica que su padre le inculcó desde la cuna.

El músico especialista en instrumentos graves recordó que tuvo su primer acercamiento con el cello en Naolinco, gracias al primer seminario de música organizado por el maestro Mateo Oliva, en cuanto lo escuchó se sintió atraído hacia él, pues es un instrumento que se adapta a todos los géneros, del jazz a la cumbia, pasando por el rock y por supuesto el son jarocho.

El joven nacido en Misantla, pero vive en Xalapa, tiene planeado estudiar la maestría en Teoría, ya que piensa debe fortalecer la docencia, tema en el que podría aportar mucho más de lo que hasta hoy ha hecho. Esos estudios le darían herramientas para poder dirigirse mejor a sus alumnos, ya que se llena de alegría cuando ve que uno de ellos toca muy bien. Está interesado en escribir música para chelo y violín, así como temas folklóricos para esos instrumentos aprovechando que su hermano Luis Eduardo es violinista, y retornar siempre a los sones, que son parte de su vida, pues con el grupo Nizin ha tocado son jarocho, huasteco y música andina, entre otros géneros.

De igual forma, ha formado parte, por invitación, de las orquestas Filarmonía y Orfix, y es integrante de la del Instituto de Música del Estado de Veracruz.

Con información de Celia Gayosso | Diario de Xalapa

SHADEN, TRAS EL SUEÑO DE SER BAILARINA

CÓRDOBA, Ver.- Shaden Alejandra Moreno Altamira es actriz y bailarina de ritmos latinos y como muchos espera regresar nuevamente a las presentaciones con público en vivo.

Shaden desde los 15 años empezó a mostrar el talento, aunque dice que por su cabeza pasaba no tener la aptitud para el baile; con el tiempo se demostró a sí misma y a su familia que el arte escénico en teatro y baile sería para ella una opción de vida; señala que sus padres no la apoyan y únicamente cuenta con el apoyo de su abuelo para seguir con su sueño, pero ella no se rinde y espera que la pandemia pase, pues así como a ella a otros compañeros dedicados al arte les urge regresar a los escenarios.

Foto: Cortesía Shaden Moreno

Actualmente tiene 26 años de edad, empezó su formación artística desde los 18 años, y de la mano del actor Miguel Pizarro y su compañía de teatro se involucró más en este aspecto.

El primer año estuve de alumna, al segundo año fui maestra y al tercer año estuve como apoyo en las inscripciones, me involucré más en estar del otro lado del escenario.

En la compañía teatral ha actuado en dos ocasiones en “Patito Feo”, una en “Mago de Oz” y otras más en la recién puesta de escena “La Mulata de Córdoba”, esta última aunque no se ha cancelado esperan poder llevarla a escenarios en noviembre.

En el baile, Shaden Moreno ha pertenecido a escuelas de baile como la de Eric Navarrete e Israel Aquino, participante y ganador del programa Bailando por un Sueño respectivamente; estuvo en 2014 bailando en el Festival de Salsa.

Por azares del destino tuvo que dejar de estudiar la licencatura de Administración de Empresas y no descarta en el futuro estudiar Artes, pero todo dependerá de la situación económica en la etapa postpandemia.

Mientras esto pasa, Shaden Alejandra, con la ilusión en su corazón y la esperanza de que el virus deje pronto la región, desea volver a los escenarios.

Con información de Guadalupe Castillo | El Sol de Córdoba

"LA LITERATURA, UN DESAHOGO"

La pandemia por Covid-19 no ha frenado los planes de Yael Sarquís, novel escritor que da a conocer la primera entrega de su saga La Ascensión de los Earodin: Hermandad; una novela catalogada como literatura de fantasía épica.

Yael, originario de la Ciudad de México pero radicado en Xalapa desde que era niño, invita a la comunidad a acercarse a los libros y descubrir que éstos, “además de ser un medio de escape de la agobiante realidad, son también una oportunidad para activar la imaginación y liberar los pensamientos”.

Asegura que para él “la literatura ha sido un desahogo y un refugio. Un encuentro con otros mundos”.

El hallazgo de las bondades de la lectura le lleva a afirmar que el acercamiento a los libros es uno de los mejores regalos de la vida, y la escritura, una herramienta para expresarse y llegar a más personas.

Su novela, disponible mediante solitud directa en su Fanpage Yael Sarquis Escritor, “es una historia en la que hay cinco personajes protagónicos, quienes se encargan de llevar al lector por aventuras que refuerzan la camaradería, la hermandad y la solidaridad”, expuso en entrevista.

Foto: Cortesía Yael Jarquís

Aunque sabe que cada lector tendrá su propia interpretación, menciona que lo que más le gusta transmitir es que no hay que dejarse desalentar cuanto todo resulta adverso: “Al contrario, hay que actuar, porque entre todos es posible lograr cambios significativos”.

Explica que en la historia que él comparte aparece Arzual, un joven que ha sido criado para fungir en la guerra durante tiempos de paz en el mundo de Raal’garia, un lugar cubierto de magia y misticismo. En este sitio abundan relatos de actos fantásticos y personajes heroicos en busca de su propia historia; allí, el joven pronto descubre una presencia siniestra que busca envolver al mundo con sus sombras.

Los tiempos de oscuridad se hacen presentes, afortunadamente cinco guerreros surgen como una luz de esperanza representando la voluntad del mundo por sobrevivir y será su misión enfrentarse a las fuerzas que amenazan con destruir todo aquello que aman.

La Ascensión de los Earodin: Hermandad es apta para mayores de 14 años. Es, considera el autor de 30 años de edad, una alternativa para que aquellos a quienes de niños les decían que si no hacían algo determinado los castigarían con la lectura de un libro, redescubran las letras y sus mágicos caminos. A quienes ya están encaminados, cree que les permitirá explorar los confines de la imaginación y las emociones humanas.

Con información de Maribel Sánchez | Diario de Xalapa