Xalapa, Ver.-“La poesía nos dulcifica, anima, reconoce el espíritu del hombre, nos vuelve un tanto más humanos y es tan importante, que de alguna manera nos da a conocer mucho de la cultura de donde nace esa poesía, en cualquier lengua”, afirma Juan Hernández Ramírez, multipremiado poeta y narrador veracruzano, quien escribe en náhuatl y español.
Con interferencias constantes para poder establecer comunicación telefónica, el traductor y Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas-2006 concedió entrevista desde allá, desde el monte, en la Huasteca, en la región donde nació y creció, y donde pasa los días de pandemia.
“Me he venido a refugiar a mi tierra, pero más que refugio, ha sido una libertad. Para mí no ha sido problema estar acá; estoy sembrando plantas y bastante tiempo lo dedico a leer y escribir. Ese es mi trabajo ahorita”, dice quien ha desarrollado gran parte de su trabajo en Xalapa.
Juan Hernández (Colatlán, Ixhuatlán de Madero-1951) se ha dado conocer por una poesía y narrativa donde están presentes los problemas sociales, económicos y del campo que hay en el país, sin dejar de lado el canto a la naturaleza, a la exaltación de la vida misma y el homenaje constante a la mujer.
En los últimos escritos, comparte, hay más una poesía fundacional porque escribe de sus antepasados.
“Me quedé hurgando un tanto la historia. Me pregunto qué ha sido de ella, cuáles son nuestros conocimientos ancestrales, qué es lo que nos queda todavía. En ese rollo estoy todavía. No sé si estoy anquilosado, sin embargo me interesa mucho conocer mi cultura, mi pasado cultural, mi pueblo”.
Con buen sentido del humor, declara con orgullo ser indígena nahua, nieto de Nezahualcóyotl, sobrino de Cuauhtémoc, bisnieto de Moctezuma…
...Para hacer cumplir la Ley General de Derechos Lingüísticos es fundamental que las instituciones contraten a hablantes de lenguas indígenas y los pueblos originarios puedas así ser atendidos u orientados en su propio idioma, dijo Eleuterio Olarte Tiburcio, director de la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas.
Además de abogar por la igualdad del uso de las distintas lenguas en los espacios públicos y privados, exhortó a los servidores públicos a ser sensibles a la diversidad lingüística y a arropar a las lenguas originarias.
En entrevista, manifestó que los tres órdenes de gobierno tienen la obligación de crear instancias responsables de hacerse cargo de promover estas lenguas y hacerlas “más vitales, vigorosas y robustas, y que se utilicen en todos los ámbitos”.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna, expresó la necesidad de lograr que el hablante se sienta orgulloso; asimismo, que la ciudadanía aprecie y valore este tesoro veracruzano.
“Hay una responsabilidad colectiva en hacer que los hablantes de lenguas indígenas tengan una percepción diferente de que su lengua es un obstáculo y, en cambio, tengan un alto orgullo de apreciar lo propio para que lo sigan transmitiendo a las nuevas generaciones”, manifestó.
Explicó que como Academia trabajan para la protección, preservación, fomento del uso de las lenguas indígenas, así como lograr desarrollarlas para que sean lenguas versátiles y se arraiguen entre la población indígena y entre la población veracruzana.
Los objetivos son claros, no obstante, dio a conocer que hay retos muy complejos dado que estas lenguas han sido perseguidas durante siglos, desde que se logró la independencia de México, cuando se planteó que la nación mexicana era única y debía contar con una sola lengua para poder lograr su integración.
Discriminación
“A partir de entonces las lenguas fueron invisibilizadas, perseguidas; se convirtieron en un obstáculo para el desarrollo de la nación”, rememoró para luego añadir que desde las instituciones gubernamentales se obligó a la población indígena a aprender el español, expresarse en esa lengua y abandonar la propia.
Instó a no olvidar que los niños y jóvenes fueron sujetos de discriminación, de castigos, así como receptores de expresiones denigrantes. Por otra parte, expuso, estaba el hecho de ver a las lenguas indígenas como un símbolo de pobreza. Así, para que los indígenas pudieran salir de la situación de la opresión y marginación era necesario que abandonaran su lengua y arroparan la lengua nacional, que en ese momento era el castellano.
Eleuterio Olarte lamentó que aún en la actualidad las lenguas indígenas estén recluidas para su uso a nivel local, a nivel comunitario y familiar, y no se utilicen en ninguna de las instituciones, incluyendo los ayuntamientos municipales y todas las oficinas de gobierno, donde siguen utilizando el español en detrimento de las lenguas originarias.
Por otro lado, evidenció que los padres de familia, a veces, prefieren que sus hijos sigan aprendiendo el español para protegerlos de la discriminación, del racismo y de la violencia.
“Prefieren que sus hijos sigan aprendiendo español y, si son bilingües, se comunican en español; así, el castellano se convierte en la lengua materna, en vez de la lengua de los ancestros”.
Desde la Aveli, informó que continúan con diversas actividades, entre ellas, la enseñanza de las lenguas originarias en sesiones virtuales, por la contingencia sanitaria.
Precisó que estas van dirigidas tanto para pueblos indígenas que las han dejado de hablar y las quieren recuperar, como para trabajadores, estudiantes y todos los interesados.
Impulso Regional
Además, compartió que desde 2019 iniciaron una campaña de sensibilización con los alcaldes de los más de 70 municipios en Veracruz en donde se hablan estas lenguas, con la finalidad de lograr la creación de direcciones municipales, sin embargo la pandemia les llevó a disminuir el ritmo.
A pesar de ello, expuso que en el Totonacapan, de los 12 municipios donde se habla lenguas originarias, ya hay convenios de colaboración con 10 y con los otros dos están en proceso. La meta, adelantó, es la creación de direcciones municipales por lengua.
“El convenio consiste en que los ayuntamientos apoyen en la instalación y operación y hagan cumplir los derechos lingüísticos para proteger, preservar y desarrollar las lenguas indígenas, en tanto la Academia impulsa estrategias y promueve actividades en favor de las lenguas, acompaña y capacita”.
Reveló además que Papantla aceptó ser la sede de la Academia Regional de la Lengua Totonaca y firmó convenio para comprometerse a dar un espacio en el palacio municipal. El objetivo, apuntó, “es lograr que la lengua se note, que se vea el paisaje lingüístico con señalética, con letreros, y las instituciones presenten sus anuncios en lenguas originarias”.
Autor de antologías poéticas y de cuentos, acepta contar con cierto cobijo para sus publicaciones, pero en general, afirma que es difícil acceder a una editorial interesada en publicar lo que se produce, sin embargo, exhorta a los jóvenes a seguir escribiendo, a mantener el ánimo.
“Hay muchas ventanas y hay que buscarlas. Tal vez puedan empezar a publicar como lo hacía antes. Yo hacía trípticos. No se cansen de preservar su lengua. Hay muchas formas en las cuales podemos difundir nuestra poesía”.
Educación
Juan Hernández cuenta con una trayectoria como profesor de educación indígena de más de cuatro décadas. Además, ha dedicado parte de su vida a la salvaguarda de la riqueza cultural de los pueblos originarios. Esa vocación de servicio y de amor a sus orígenes y su gente le hacen imposible mantenerse al margen de las necesidades de los pueblos originarios.
Con preocupación, observa la dificultad para entablar una llamada, la cual tiene que ser por WhatsApp con constantes problemas de audio e intermitencia. Repara en ello para luego evidenciar la urgencia de poner atención en los pueblos originarios y la necesidad que tienen de una educación especializada que atienda sus lenguas.
“Las lenguas se están diluyendo, perdiendo, y aunado a la pandemia que estamos viviendo, si a muchos mexicanos no les llega el internet, imagínese las comunidades indígenas de qué manera van a tener acceso”.
El libre pensador y traductor puntualiza que en los niños recae el aprendizaje de las lenguas originarias, motivo por el cual debe haber algún programa que se destine exclusivamente a las lenguas originarias, “porque son las depositarias de toda la cultura de un pueblo”.
Tal y como lo ha dicho con anterioridad, subraya que se debe crear una Subsecretaría de Educación Indígena, cuya concreción puede darse con dinero y voluntad política.
“Siempre nos van a decir que no hay dinero, sin embargo, dinero existe para muchas otras cosas y lamentablemente se quita dinero para la cultura. La Subsecretaría tendría que contar con un presupuesto propio del gobierno del estado o federal para atender exclusivamente el aspecto educativo y de las lenguas originarias. Tendría que existir una agenda en la que pudiera haber discusión sobre este aspecto”.
En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, que se celebra el 21 de febrero, Juan Hernández felicita a todos quienes hablan lenguas indígenas. También recuerda una frase de Miguel León Portilla: “Si una lengua se muere, se pierde toda una cultura, una cosmovisión, una visión del mundo diferente”.
Exhorta a cuidar las lenguas originarias, valorarlas y entender que “aún hay mucho que aprender de las culturas ancestrales”.
Veracruz concentra el mayor número de hablantes de lenguas indígenas adultos
Como el mayor número de hablantes de lenguas indígenas en Veracruz se concentra en las personas adultas y muy adultas, todas las lenguas originarias están en riesgo de desaparición porque están envejeciendo, pero es posible revertir la situación, declaró en entrevista el director de la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas (Aveli), Eleuterio Olarte Tiburcio.
En víspera del Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemora cada 21 de febrero, expuso que en la actualidad el español cobra fuerza, mientras la lengua materna de los jóvenes y los niños de pueblos originarios es cada vez menos la de su comunidad.
La entidad veracruzana, de acuerdo con la Aveli, tiene 14 lenguas indígenas y 31 variantes, clasificadas en lenguas en muy alto riesgo de desaparición, alto riesgo, riesgo medio y riesgo no inmediato, donde se concentra el 76.60 por ciento de ellas.
Por tener un solo hablante, el idioma que más preocupa es el mixe popoluca y su variante en el municipio de Oluta, aunque no menos importante es lo que acontece con el totonaco en su variante de Misantla, el zoque-popoluca y su variante fonológica de Texistepec, además del chinanteco central bajo.
En riesgo medio están el totonaco de la costa, el tepehua y el mixe popoluca que se habla en Sayula de Alemán, con menos de mil hablantes.
Por otra parte, los que más se hablan son el náhuatl, el totonaco, el tének y el popoluca. Al respecto, explica Eleuterio Olarte, hay un arraigo del náhuatl en Zongolica y Soledad Atzompa, en el centro, y en el norte, en Chicontepec. El totonaco tiene alta presencia en Mecatlán y en Filomeno Mata lo habla casi el 98 por ciento de su población.
Hasta 2020, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en Veracruz hay 663 mil 503 hablantes de lenguas indígenas. Las 14 lenguas son el náhuatl con sus tres variantes —sierra de Zongolica, huasteca y sur—, el totonaco, huasteco o tének, zoque popoluca, hñähñu-otomí, chinanteco, zapoteco, mazateco, tepehua, mixe, zoque y mixteco.
Datos estadísticos indican que está presente el tzotzil, aunque falta determinar qué variante hay en el estado, y también hay migrantes tzeltal, pero aún no es posible argumentar con datos fehacientes dónde están ubicados.
Si bien todas las lenguas están en un proceso de desplazamiento, Eleuterio Olarte Tiburcio expone que para revertir la situación se deben involucrar los municipios, las instituciones y los propios hablantes, pero con un programa claro, con metas precisas e intervenciones puntuales. “Se requiere de mucho trabajo y de muchos apoyos, recursos financieros y todo lo necesario para lograr un buen fin”.
Por otra parte, apuntó, está muy difundido en la sociedad que las lenguas son dialectos porque no tienen ni la escritura ni gramática, “cuando las lenguas indígenas sí han tenido escritura y ahí están los jeroglíficos, los códices, han tenido una escritura ideográfica y hoy estamos utilizando la escritura alfabética, que es diferente, sin embargo, hay escritura”.
El propósito de la Aveli y de distintos agentes, precisó Eleuterio Olarte, es revalorar a las lenguas indígenas como parte sustantiva de su representatividad identitaria, conservando viva la diversidad lingüística y no como un pasado histórico glorioso.