Perote, Ver.- La falta de lluvias desde hace más de un año mantiene la zona agrícola de Perote prácticamente desierta. Los lugareños dicen que es la primera vez que la sequía se prolonga en esta región.
Campesinos de la zona coinciden en que no han podido realizar la siembra de maíz y de frijol a causa de la falta de agua de temporal. La falta de actividad agrícola limita las condiciones económicas de los productores, pues para la mayoría se trata de la única fuente de ingresos.
Los terrenos destinados para la agricultura se encuentran listos para ser cultivados, pero los productores no han podido llevar a cabo la siembra porque no siquiera hay humedad en la tierra.
Jacinto Flores, campesino, sostuvo que desde el último bimestre del año pasado se realizaron los surcos en los terrenos, pues se querían aprovechar las lloviznas de esa temporada.
Sin embargo, los campesinos siguen en espera de alguna lluvia, por leve que sea, para sembrar al menos un poco de frijol y de haba. La mayoría de la superficie agrícola de Perote depende del riego de temporal, por lo que en caso de sembrar en las condiciones actuales de sequía simplemente se perderán las semillas que con tanto esfuerzo lograron reunir los productores.
Durante marzo y abril suele haber lluvias y tormentas propias de la temporada, que podrían ser ideales para iniciar con la siembra, dijeron. Durante julio del año pasado los campesinos esperaban abundantes lluvias, sin embargo, es la fecha en que no ha caído ni un chubasco.
Recordaron que diciembre de 2018 y enero de este año fueron muy fríos y helados, lo que acabó con gran parte de sus siembras agrícolas. La falta de agua también orilló a dejar en el abandono algunos viveros que en su momento sirvieron para la producción de hortalizas.
Las pocas lluvias que se han registrado han sido dispersas en la región de Perote, lo que mantiene en espera a la mayoría de la superficie agrícola, insistieron los productores.
Al recorrer la zona campesina fácilmente se pueden ver terrenos áridos y, en algunos casos, repletos de barañas y uno que otro maguey. En algunos lugares los campesinos mantienen preparados los surcos, pero no sé han atrevido a colocar las semillas porque saben que corren el riesgo de perderlo todo.