Xalapa, Ver.- El sonido que emite para marcar su territorio o para buscar pareja es similar al chasquido de un beso, de allí que le apodan la “besucona”, sin embargo, a este animalito de apenas 13 centímetros de largo algunas personas le temen, mientras que a otras les causa asco.
“Dicen que si se cae a la comida y la ingieres no vives para contarla, como al parecer así le pasó a un chico de Tierra Blanca al ingerir un chilatole y al otro día amaneció muerto. Aseguran sus familiares que en el recipiente se hallaba una 'besucona' ya muerta”, dijo doña Betty Hernández.
Y es que esta lagartija ha vivido entre mitos que van desde un envenenamiento si accidentalmente la consumes, hasta que la diosa fortuna te sonreirá si llegaras a poseer alguna que tenga dos colas. “Lo cierto es que este animalito es inofensivo al carecer de estructuras venenosas”, comentó la bióloga xalapeña Sunia Wong, quien precisó que esta especie anteriormente habitaba únicamente en lugares calurosos, pero ahora pueden encontrarse en Xalapa debido al aumento de temperatura que se ha dado en gran parte por la deforestación.
Para otras personas dicha especie, de color canelo pálido y manchas grises, beneficia el entorno al eliminar todo tipo de insectos. “No tienen un aspecto bonito, pero no hacen nada, de hecho ellas se comen a los moscos, cucarachas, mosquitos y arañas que hay por aquí”, dijo Martha Rivera, vecina de Cerro Gordo.
Saúl Méndez, quien prácticamente ha permanecido allí toda su vida, aseguró que son inofensivas. “Hasta ahorita no he conocido a alguien de aquí que ha muerto por comerse un “chupete”, ya que en todas las casas de Cerro Gordo todos los tenemos y cuántos no se habrán ido a la olla de los frijoles y así no los hemos comido”, dijo al tiempo que soltó una fuerte carcajada.
La “besucona” se reproduce de manera continua a lo largo del año, produciendo dos huevos en cada puesta y se ha adaptado a vivir en compañía del ser humano. En Veracruz se dice que hay aproximadamente 17 especies de lagartijas, mientras que México es el segundo país con mayor cantidad de ellas, en tanto el primer lugar lo ocupa Australia.
La besucona, salamanquesa, cuija o chupete es inofensiva, de hecho en algunos de los casos se le ha relacionado con la suerte. “Yo conocí a un señor que tenía una lagartija de dos colas y le pegó tres veces al premio mayor, es increíble porque si sacársela una vez es difícil imagínate tres”, precisó Juan Manuel, quien conoció al afortunado hombre.