Maestros de Educación Física declaran estar a favor de la “Ley contra alimentos chatarra”. Sin embargo, consideran que incluso si se implementara en todo el país no se lograría un impacto significativo en la salud de los mexicanos si ésta no va acompañada de un trabajo colaborativo en el cual tomen parte activa padres de familia, profesores y autoridades de distintos ámbitos.
En cuanto a la labor de los educadores físicos en las escuelas, los profesores Pedro Luis Parra Gamboa y Walter Lavoignet coinciden en la necesidad de aumentar las clases, algo que los profesionales de esta área han expuesto en reiteradas ocasiones, pues solo dan una o dos horas a la semana, cuando para tener resultados se requeriría una hora diaria.
“Sí es importante la ley, pero también que los chicos sepan qué comer y reciban información sobre los beneficios de consumir una alimentación balanceada, complementada con un programa de ejercicio o actividad física”, explicó Pedro Luis Parra.
Puntualizó que reducir los índices de obesidad y sobrepeso no se reducen a las prohibiciones; tienen que ver con los hábitos generados en casa.
“Los maestros motivamos e incentivamos, y ha habido iniciativas como ferias de alimentación y ejercicio físico, pero los espacios otorgados no son suficientes. En cuanto a los padres de familia, si no hacen su parte, el trabajo se queda a medias”, refirió.
Walter Lavoignet reafirmó lo dicho por Pedro Luis Parra: “El problema sí viene desde casa, aunque no hay que olvidar los problemas económicos y la mala orientación; podemos ver a chicos que tienen 20 pesos y prefieren comprarse una sopa instantánea en lugar de unas frutas”.
El educador enfatizó en el poder del trabajo en equipo, así como en la paciencia, pues “no es una labor de un año o dos, sino de algo a largo plazo”.
La docente Zuleica Romero complementó: “Además de la ley es necesaria una adecuación en la alimentación, pues es la base fundamental para el tratamiento preventivo de algunas enfermedades, principalmente las crónico-degenerativas, entre ellas la obesidad.
Tendríamos que cambiar la comida chatarra de nuestros niños en las escuelas por una más nutritiva, una que aporte más energía y menos grasa y harina”.
Aceptó que los educadores físicos están capacitados para incluir en sus sesiones de educación física algunas actividades que refuercen una alimentación saludable, así como informar por qué la comida chatarra no es beneficiosa.
“Debemos transformar y reeducarnos a nivel nacional, comenzando con los padres. En la casa es donde se dan los valores y el sustento, y nosotros en las escuelas reforzamos, alineamos y desarrollamos”.
Sugerencias
Previo al inicio del ciclo escolar que será a distancia, la maestra Zuleica emitió una serie de consejos a los estudiantes y a las familias en general. Señaló que para tener una buena salud se debe retomar la actividad física, la cual debe estar presente desde que nacemos hasta que morimos.
Barrer, sacudir, subir y bajar escaleras son algunas de las opciones para promover la movilidad del cuerpo.
“Recomiendo a los padres de familia que disciplinen a sus hijos y sean ellos quienes arreglen su cuarto, tiendan sus camas… Otra alternativa es bailar todos juntos, y si tienen un espacio extra, aprovecharlo para realizar juegos tradicionales que incluyan correr y saltar. Que no se queden sedentarios. Que se muevan, pues esa es la vitalidad necesaria para seguir adelante y enfrentar cualquier enfermedad”, indica.