NAOLINCO, Ver.- La gastronomía de Naolinco es una de las más ricas, variada y popular en la región debido a su gran diversidad de platillos y de entre ella destacan los colores, los aromas y los sabores de sus dulces artesanales que han cautivado incluso a extranjeros.
La venta de estos dulces tradicionales se realiza en la mayoría de las tiendas y en las céntricas calles de Naolinco. Su gran variedad forma parte del símbolo de identidad de este lugar que insiste en la búsqueda de la denominación de Pueblo Mágico.
Naolinco “es más que mole, zapatos y religión”. Sus dulces son considerados como singulares por la mezcla de ingredientes y sabores que han llegado incluso hasta el Vaticano, cuenta Ana María Gómez, quien ha dedicado gran parte de su vida a la elaboración de esas golosinas al lado de su esposo Carlos y su hijo Juan Carlos.
Los jamoncillos, las cocadas, los piñones y las cerezas, entre otros, que incluso son buscados por turistas de Francia, España, Inglaterra e Italia, forman parte de una variedad de casi 40 dulces que Ana María fabrica diariamente para la venta.
La artesana cuenta con satisfacción que en una ocasión hizo un pedido especial para el Vaticano, además de que ha participado en encuentros nacionales de dulces tradicionales y en eventos especiales como la Cumbre Tajín, en todos ellos con una gran aceptación y reconocimientos.
Doña Lulú también se dedica a la fabricación y venta de dulces artesanales y cuenta con emoción que entre sus clientes “hay algunos gringos” que llegan buscándola directamente para hacerle el gasto.
Cuenta que los extranjeros saborean cada bocado y hacen gestos de placer al degustarlos. “También hay mucha gente de Xalapa y de otros lugares que vienen sólo para llevarse los dulces”, señala.
Indicó que hay diversos tipos de dulces como las cemitas, los macarrones y los camotes, entre otros, que son traídos de Puebla para ser comercializados en puestos semifijos de Naolinco, pero sin mucha aceptación.
“Lo mejor son los dulces artesanales que hacemos aquí (en Naolinco), pues además de que los hacemos con una gran variedad los hacemos con mucho cariño”, señala doña Lulú.