Veracruz es pionero en la cría de gallitos azteca de fantasía, pues de aquí los distribuyen a todo el norte, sureste y a Guatemala, indicó el maestro jubilado Gerardo Bravo Cerecedo, quien añadió que es un hobby caro, pero que con la cría de los quiquiriquís suplen la afición que tenían por los gallos de pelea, luego que las peleas fueran prohibidas.
El maestro jubilado oriundo de Chicontepec, Veracruz, dice que la afición a los gallos le viene por herencia, ya que su padre Efrén Bravo Castelán era aficionado a los gallos y les llevaba desde muy niños a las ferias para disfrutar de los palenques, que entonces eran familiares.
Hoy las peleas de gallos se siguen dando, pero en la clandestinidad, con todo lo que implica ello por lo que dejaron de ser familiares, de ahí que su afición a los gallos la suple con la cría de gallitos azteca con los que participan en exposiciones nacionales y en Banderilla, Veracruz, cada año los Amigos de la Pluma AC realizan una, donde reciben como invitados a galleros de Guadalajara, Colima, Querétaro, Oaxaca, Chiapas y muchos otros estados del país.
Aclaró que los gallitos no son para consumo humano y que sólo los crían por el gusto de encontrar cinco o seis de entre cien que servirán para participar en las exposiciones, en las que los premios son simbólicos.
Explicó que lo que ellos hacen los cruces para conseguir gallitos similares a los de pelea, y que los límites de peso son de menos de 350 gramos para los de categoría A y menos de 400 gramos para la B; además la patita debe ser menor a 4.7 para los machos y 4.5 para las hembras porque si no reúnen los reúnen estos requisitos no pueden ser exhibidos.
Hay cría de animales de línea y también están los de colores de fantasía, donde Veracruz se ha manifestado como pionero de la cría de gallitos exóticos como los que no tienen cola, otros que tienen plumas rizadas y los denominados transilvanos que no tienen plumas en el cuello, que no los trabajan en cualquier lado. Cada gallero trabaja su línea y lo que se busca es bajar el tamaño de los animales que se van trabajando como si fueran “curritos”.
Un gallito campeón llega a tener un precio en el mercado de entre 10 y 12 mil pesos, sin embargo no mucha gente los paga porque los animalitos comunes valen entre 800 y mil 200 pesos.
En las exposiciones los gallitos entran en varias categorías en las que se aceptan animales de razas puras y los exóticos, que los han ido creando por el puro gusto de tenerlos, de admirarlos y de buscar siempre los mejores para las exposiciones, que se convierten en eventos familiares, donde todos comparten el pan y la sal con la afición que tienen por estas criaturas.
La asociación también conocida como Unión veracruzana de gallos miniatura reúne a 50 socios de Puebla, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y los de casa, ya que a través de ésta comparten información sobre la cría y los problemas que podrían tener.
Antes, los mejores criadores de gallitos estaban en Guadalajara, sin embargo hoy desde Veracruz se distribuyen a Tijuana, Monterrey, Chihuahua, Coahuila y Jalisco, así como a Guatemala, entre muchos otros, ya que criarlos para las exposiciones es una forma muy familiar de seguir con su afición a los gallos, concluyó.