A pesar del surgimiento de plazas comerciales y el auge del comercio electrónico, en Xalapa continúan como puntos de referencia tres sitios ubicados en el primer cuadro de la ciudad: La Rotonda, la calle de Pípila y Los Sauces.
En recorrido por estos lugares se comprueba la importancia que la ciudad mantiene como epicentro de un área metropolitana de nueve municipios, así como de la denominada región central del estado; el punto clave son las terminales de autobuses.
La Rotonda en Xalapa
En el caso de La Rotonda, durante más de 70 años ha funcionado como un centro de abastecimiento que se fortaleció con la creación del mercado “Adolfo Ruiz Cortines”, en 1959.
Aunque está documentado que entre las décadas de los 50 y 80 del siglo pasado de este lugar salían autobuses de distintas líneas a variados destinos, en la actualidad, los únicos autobuses que conservan su terminal allí son los que van a Coatepec, Xico, Teocelo y Cosautlán.
Autobuses Loma de Oro y de la Sociedad Cooperativa de Autotransportes Alfa mantienen activo el ir y venir de personas de distintas edades.
El tráfico se torna lento en “horas pico”, pues además de quienes tienen a “La Rotonda” como paso obligado, están aquellos que optan por hacer sus compras al haber un extenso surtido de productos.
Hay compradores de frutas y verduras, los que buscan pescados y mariscos y quienes se han hecho clientes de algunas carnicerías como la Costa de Oro y La Cabaña o del Pollo Norteño.
Pero no solo eso buscan, ya hay tiendas de conveniencia, además de otros establecimientos que expenden desde plásticos y ropa hasta utensilios de cocina y algunas partes de equipos electrónicos.
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Aunque el mercado “Adolfo Ruiz Cortines” está cerrado la última quincena de julio, se trata de uno de los atractivos de la zona para comer platillos típicos de la región y las conocidas “gordas gigantes”.
Pípila en Xalapa
En Pípila 65, la terminal de Autotransportes Banderilla es la detonadora de un comercio similar al de “La Rotonda”; la diferencia es que en este sitio sí hay instalaciones propias y andenes.
Aunque es una sola calle, los negocios son de distintos giros, desde abarroteras, farmacias, laboratorios y panaderías hasta botaneros y el bar “La Naolinqueña”, donde algunos usuarios del transporte aprovechan para “matar el tiempo”.
Los alimentos no pueden faltar. Sobresale el extenso surtido de tacos de canasta, tacos al pastor, tortas, botanas, pizzas, dulces, pollos rostizados o en otras presentaciones.
Dentro de la terminal se puede ver a personas de distintas edades que esperan el momento de salida de los autobuses, ya sea en servicio directo u ordinario, a 22 municipios y pueblitos.
Con la Virgen de Guadalupe y un crucifijo cercano a las taquillas, la mayoría de los usuarios se persignan antes de viajar a Misantla, Naolinco, Espinal, La Concepción, Actopan, Ranchito, Trapiche, Otates, Chicuasen, Tenampa, Naranjillo y Almolonga.
También a Juchique, San Marcos, Tepetlán, Alto Lucero, Tlacolulan y El Huérfano, por mencionar algunos destinos de las zonas El Castillo, Tlacolulan, Cuatro Soles, Lindero-Las Lomas y Naolinco.
Los Sauces en Xalapa
El tercer punto comercial es el de Los Sauces, en las cercanías de la Clínica 66-IMSS, donde además de la terminal de Autotransportes Excélsior con salidas a Coatepec, San Marcos, Xico y Teocelo hay servicio de taxi colectivo.
En este lugar, igual que en “La Rotonda”, el tránsito es lento y hay momentos en los cuales es evidente la desesperación de algunos conductores de autos particulares. Suenan los cláxones y la molestia crece.
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En cuanto al comercio, además de los productos que se pueden adquirir dentro del mercado, que incluyen frutas, verduras y carnes, así como alimentos preparados, en el exterior hay incluso mayor movimiento.
Mujeres procedentes de Tlalnelhuayocan venden “gorditas picadas”, tlacoyos, tortillas de maíz, salsas, frijoles y algunas legumbres que cosechan en sus huertos de traspatio.
También están quienes ofrecen accesorios para celulares, calcetas, discos, memorias con música y una diversidad de “chácharas”.
En cuanto a los negocios establecidos, la gran mayoría son de alimentos, pues además de satisfacer la demanda de quienes se trasladarán a otros municipios están los derechohabientes de la Clínica 66-IMSS.
Recibir atención médica, dicen, es pasar muchas horas, y el hambre se hace presente, pero esa es otra historia.