Arisbeth Carrizales, tejedora emprendedora, expone que el trabajo manual que realiza es un negocio que le ha permitido salir adelante y enfrentar los retos económicos, pero también elaborar manualidades le permite disminuir la ansiedad y estrés, así que son muchos los beneficios de esta actividad.
Ella tiene seis años elaborando distintos muñecos y flores con la técnica de crochet que utiliza un gancho para tejer con hilo o lana; pero también crea piezas de llaveros con porcelana fría.
¿Cómo inició Arisbeth Carrizales como tejedora emprendedora?
La emprendedora tamaulipeca resalta que tiene más de seis años tejiendo y empezó con cosas pequeñas como macetas, para después elaborar osos y flores o lo que el cliente pida.
Indica que ella también crea algunas figuras que le piden niños, “porque lo menor es que a ellos les agraden sus representaciones”.
Muchas de las piezas que realiza son personalizadas, porque sus clientes le piden cosas especiales, “muchos buscan un muñequito basado en su cara o en personajes de personajes animados”.
De su abuela aprendió las cosas básicas del tejido, pero al estudiar arte, se forjó tener una mayor creatividad y técnica y por eso considera que puede hacer casi todo lo que le piden.
Explica que ella llegó a Xalapa por cuestiones laborales de su esposo, “esto es más que una diversión, es mi trabajo de tiempo completo ya que ahora debe mantenerse de esto”.
¿Cuáles son los precios de sus productos?
Los precios de sus productos, considera son accesibles, porque hay desde 30 y 100 pesos en adelante; "tejer es negocio porque me ha permitido pagar deudas y solventar los gastos cotidianos, por lo que sí es rentable".
La emprendedora señala que se ha enfocado en este trabajo porque además el tejer le ha permitido reducir su ansiedad y estrés, “así que es un beneficio más porque te entretiene, relaja y me enfocada en tu trabajo y olvidas los problemas que te complican la existencia”.
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Su negocio que ahora comercializa flores, muñecos y muchas obras artísticas más, ahora lo trajo a los bajos del palacio de Gobierno; le ha permitido emprender y aunque hay que tener un pequeño capital para hacerlo, “recomiendo a las mujeres y hombres buscar opciones para tener mayores ingresos”.
En su caso empezó su negocio con unos 300 pesos, pero ahora ya creció, ahora vende e invierte para poder hacer más piezas y así se la lleva, “me va bien y me gusta mi trabajo, ahora puedo decir que me hice de mis cosas”.