Desde el inicio de la pandemia en el estado, en marzo pasado a este 11 de octubre, 22 mil 169 veracruzanos que fueron diagnosticados con Covid-19 se han recuperado satisfactoriamente.

De acuerdo con las cifras de la Secretaría de Salud federal, a la fecha el número de casos positivos suma 34 mil 949 y los negativos 20 mil 367, los casos sospechosos son 9 mil 302 y las muertes registradas son 4 mil 613.

El estado ingresará al color amarillo este lunes, dado que una de las tasas de medición que se consideran para ello se basa en los casos activos, que a la fecha son 621.

Este tipo de casos corresponde a la cifra de personas que en los últimos 14 días han mostrado síntomas relacionados con el virus y, por tanto, podrían presentar un riesgo para los demás.

Aunado a ello, para la aplicación del color de dicho color en el semáforo de riesgo se toma en cuenta el porcentaje de recuperación de los pacientes y de la hospitalización que se tenga en los espacios disponibles para la atención de las personas portadoras de este virus.

Actualmente sólo el 33.85% de los casos positivos se encuentran en hospitalización y el 66.15% de los pacientes llevan su recuperación de forma ambulatoria, es decir, en sus viviendas. Lo anterior, dado que entre los síntomas que presentan no existe dificultad respiratoria que pudiera poner en riesgo su vida.

Por género, las cifras determinan que el 43.92% de los casos positivos se registran en mujeres y el 56.08% en hombres.

Y en lo que respecta a las comorbilidades que tienen los pacientes diagnosticados con coronavirus se especifica que el 23.91% tiene hipertensión; el 19.57% es diabético; el 19.56% cuenta con obesidad; y 5.65% es adicto al tabaco.

Las autoridades federales piden a la población seguir al pie de la letra las recomendaciones sanitarias emitidas, a fin de evitar un rebrote o un incremento en el número de casos positivos.

Se recordó, además, que a pesar de que el color amarillo significa que se tiene un avance en la lucha contra el virus, este no es sinónimo de que se deba bajar la guardia o llevar a cabo actividades masivas que pongan en riesgo la salud propia y la de los demás.