CÓRDOBA, Ver.- El miedo por contagio es algo que invade a todos, pero al ser médico del área de urgencias de Covid-19 en un hospital público es algo que toma otro sentido. Feliciano Hernández es doctor, padre de familia y uno de los encargados del primer filtro para recibir a los pacientes que llegan con síntomas de este virus que ha cobrado la vida hasta el momento de nueve personas en la ciudad de Córdoba y 769 defunciones en el estado de Veracruz.
El doctor llega a su turno en el área de aislamiento por gotas en donde se hace el manejo inicial del paciente, es en esta área en donde los estudios de laboratorio, las radiografías, implementación de oxígeno en caso que se necesite y estudios laboratoriales dan inicio para que de necesitarlo el paciente se gestiona para que sea atendido en un hospital específico de tipo Covid-19, en este caso el de Río Blanco.
Uniforme quirúrgico y bata desechable, gogles de seguridad, dos pares de guantes, internos y externos, mascarilla N95, una careta y una escafandra creada por ellos mismos para poder protegerse, un uniforme que no pesa tanto pero sí deja marcas, todo esto para comenzar un turno que dura 7 horas; la careta que usan se aprieta para que pueda ser efectiva, dejando una rozadura en las sienes que al término del día puede ver cómo lastima la piel, pero todo esto no importa cuando sabe que el riesgo por no usarlo puede ser mayor no solo para él, sino para toda su familia.
Debes comer bien e ir al baño porque sabes que no debes quitarlo hasta que termina la jornada, la preparación no solo es física, debe ser mental, nosotros como médicos sabemos que es el precio que debemos pagar dijo
Como en diferentes lugares de la República el trato poco amable hacia el personal del salud ha existido en esta ciudad, sin embargo, para el doctor no ha sido algo tan grave, no se ha llegado a las agresiones físicas, no han pasado de ofensas verbales a consecuencia de la presión emocional del momento cuando se ve a los familiares enfermos.
“Tratamos de estar con ellos (los pacientes) y explicarles que de una u otra forma hay que tratarlo y hacerles conciencia que si no llevamos los protocolos correctos, podemos correr el riesgo de contagiar a más personas”, nos comenta el doctor cuando nos explica que algunos pacientes se atemorizan al saberse enfermos.
Ante las situaciones adversas que se dan estando en esta pandemia como doctores y enfermeros, han creado una hermandad al enterarse que otros compañeros no logran superar la enfermedad.
En cuanto al panorama de la ciudad de Córdoba nos comenta que es sorprendente que a diferencia de otros países o lugares en esta ciudad encontramos que la mayoría de personas que llegan en condiciones graves de la enfermedad son de un promedio entre 35 y 55 años de edad, en contraste a lo que se daba a conocer en otros lugares, la población mayor de edad no son los que imperan en esta zona.
Es preocupante porque habla de una población que fluye mucho y no está respetando la movilidad, causando que aumente el riesgo de contagio refirió
En esta enfermedad que no respeta estatus ni sector social o económica al doctor Feliciano le ha tocado ver de todo, por sus manos han pasado hombres, mujeres y hasta niños no sólo enfermos de Covid-19, él recuerda que toda esta situación le recuerda mucho a la pandemia del virus H1N1, donde también existieron muchos decesos; este virus llegó para quedarse al igual que la influenza.
Un aprendizaje y mejor organización ha ido dejando en cada uno de los integrantes del Sector Salud, “los protocolos de seguridad han ido mejorando y fortaleciéndose, poniendo los colores en mejores condiciones de seguridad”, expresó.
Una buena alimentación, ejercicio y el control de la información a la que tenemos acceso para no entrar en psicosis es algo indispensable que cada persona, independientemente de su profesión, necesita para salir de esta pandemia, así como él, amante del ciclismo y de la vida natural, que trata de quitar de su mente todo lo negativo para dejar de lado todo y hacer cada día lo mejor y como el juramento hipocrático lo recita: “Tener absoluto respeto por la vida humana desde el instante de la concepción”.