Xalapa, Ver.- En México no hay una política coherente para afrontar la pandemia de Covid-19 y se dejó a los estados la decisión de implementar sus propias acciones, ocasionando que no se lograra controlar la emergencia sanitaria, aseguró el investigador del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales (IIHS) de la Universidad Veracruzana (UV), Alberto Olvera Rivera.
En el marco de la charla “La pandemia, el populismo y los nuevos retos de la sociedad civil”, el académico expuso que la forma de atender la crisis sanitaria por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue muy similar a la de gobiernos como Estados Unidos o Brasil.
Recordó que la administración federal mexicana en un principio negó la pandemia con el fin de no enfrentar sus consecuencias que traería al país y que luego no supo cómo hacer frente a ello, ocasionando que no se tenga una política de atención “claramente definida, como lo hemos podido constatar”, expuso el investigador.
Olvera Rivera indicó que la decisión de López Obrador de dejar que las acciones para hacerle frente al Covid-19 se llevaran a cabo de manera estatal ha ocasionado que los gobernadores de los estados asuman un protagonismo mayor en el control de la pandemia y que las políticas se diferencien entonces regionalmente, “sustituyendo a un ausente gobierno nacional”.
Argumentó que esta decisión proviene del esquema populista que se ha tenido en la administración de López Obrador, ya que de alguna forma “se quitan” las responsabilidades políticas de atender la pandemia. No obstante, esto ha provocado que haya señales mixtas, pasos para atrás y pasos para adelante y decisiones antagónicas en la forma en la que se hace frente a la emergencia. “Llamadas a quedarse a casa y llamadas a salir de casa. Es decir, nunca hubo una política coherente”, lamentó.
En la charla, organizada por la asociación civil “Gobierno y análisis político”, el investigador universitario expuso que la forma en que enfrentamos la pandemia es un ejemplo de lo que sucede en el resto del gobierno mexicano.
Lo que tenemos es un gobierno que no tiene un programa digno de ese nombre, sino decisiones arbitrarias que se implementan sin que se construya un estado moderno, capaz y operativo, sino que sigue siendo construido como un aparato útil a las decisiones del líder por encima de cualquier otra consideración, ahora sumadas a intenciones más bien electorales