Xalapa, Ver.- La diputada local de Morena, Guadalupe Osorno Maldonado, señaló que la “masacre” del 2 de octubre de 1968 fue el primer hecho de una larga de lista de “crímenes” de Estado que han manchado la historia del país. “Tenemos una larga lista de crímenes de Estado, cuya última expresión la vivimos en Nochixtlán, Oaxaca, hace dos años, como una forma de detener la protesta magisterial por la mal llamada Reforma Educativa; el Halconazo del 71, Aguas Blancas, en 1995; la matanza de Acteal, de 1997; fueron provocadas por el uso excesivo de la fuerza pública en contra de la manifestación popular, como un ejercicio de autoritarismo y represión de la propuesta”, dijo.
Al presentar un pronunciamiento en tribuna, recordó que en estas fechas no puede quedarse sin mención la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. “Este caso, además del uso excesivo de la fuerza pública demostró la relación entre las fuerzas del Estado, en sus tres órdenes, y tanto civiles como militares y el crimen organizado”, expuso. Manifestó que desde que inició la guerra contra el narcotráfico en el 2006, con el pretexto de la lucha entre cárteles y las fuerzas estatales, se ha vivido una serie de abusos y violaciones de derechos humanos que cobraron miles de vidas.
“Hicieron este país la fosa que es ahora y desmembraron a miles de familias que no tienen la tranquilidad de saber dónde están sus seres queridos”, expresó. Indicó que en 1968 se sembró la esperanza, ya que dichos actos provocaron que muchos sobrevivientes dedicaran su vida a continuar con la lucha que emprendieron en ese entonces.
“Gracias a ellas y a ellos, la democracia ha triunfado en nuestro país. Si bien esta historia terrible de asesinato, de tortura y del intento de extirpar la dignidad de quien lucha por un país mejor no va a cambiar, está en nuestras manos, y lo asumimos así, que esa sangre derramada no haya sido en vano y que juntas y juntos construyamos un país mejor”, manifestó. Mencionó que a cincuenta años se reconoce que el movimiento del 2 de octubre no fue desarticulado, sino que sembró las semillas que dieron origen a la transformación que ahora empieza. “A cincuenta años de dicho suceso, todavía no tenemos claridad respecto a qué ocurrió, quién organizó el asalto, dio la orden, y cuál era su objetivo, dónde terminaron todos los desaparecidos de ese día. También seguimos esperando justicia respecto a la matanza y a la tortura que sufrieron las personas que estuvieran presas”, agregó.