“Nuestra función es trabajar y desafortunadamente en este estado hay mucho trabajo para enfrentar la epidemia del VIH-SIDA porque los responsables de ello no están lidereando”, asegura Patricia Ponce Jiménez.
Paty, con el entusiasmo que la distingue, es investigadora del Ciesas-Golfo, tiene un doctorado en Ciencias Sociales y las líneas de su investigación son género, sexualidad y VIH. Además es miembro fundadora del Grupo Multisectorial en VIH-SIDA creado en 2002.
Nació en Orizaba, Veracruz, aunque dice que su tierra natal es Coatzacoalcos. Su padre le enseñó a quererla mucho, pues allí pasó parte de su adolescencia. Viste una blusa blanca de cuello alto y manga larga y una mascada multicolor que hace resaltar sus ojos verdes.
Es egresada de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, hizo una maestría en el Ciesas-Golfo y posteriormente un doctorado en Ciencias Sociales con especialidad en familias y relaciones de género en la Universidad Estatal de Campinas en Brasil.
Al regresar se reintegró al Ciesas donde tiene más de 30 años trabajando. Estuvo casada durante casi 40 años, ahora separada desde hace cuatro; tiene una hija de 34 años y desde hace cuatro meses una pequeña nieta.
“Yo digo que la lucha a favor de las personas con VIH llegó a mi vida, no tengo ningún familiar cercano que tenga VIH hasta ahora. Yo digo que llegó por casualidad, yo no la busqué. Más o menos en el 2000 empezó a formarse el grupo Semilla que se le llamó así inicialmente”, recuerda.
ACTIVISMO
Paty nunca había sido activista ni lo había imaginado siquiera, aunque siempre había tenido participación política desde que estudió en la Facultad de Antropología.
Entre sus osadías recuerda que fue fundadora del PRD en Veracruz y que anduvo tras Cuauhtémoc Cárdenas, además de que trabajó, siendo estudiante, en el Comité de Lucha en la Facultad de Antropología, que fue un grupo muy combatiente y que luchó de manera conjunta con el movimiento campesino del estado de Veracruz.
“Fui de las que creí que era posible transformar el país de esa manera, y un buen día dije, hasta aquí, no más, no es la vía en la que yo creo para hacer algo, para poder colaborar con un granito de arroz para transformar este país ni este estado y dejé de militar muchos años. Me dediqué al terreno de la investigación y a mi hija que estaba pequeña, a ser mamá”, dice mientras está sentada en una silla de fierro pintada de verde en el jardín de la biblioteca de las instalaciones Ciesas-Golfo.
En el 2002 se convirtió en una activista para dar respuesta al VIH en Veracruz, y es que aunque desde el inicio pretendía consolidar el grupo Multisectorial y después salirse, nunca pudo hacerlo, porque entendió que las personas más afectadas con el virus nunca abandonaron la lucha y que ella tampoco debía hacerlo. “Pasaron 16 años y aquí sigo. Creo que el Multi se convirtió en la razón de mi existencia, tanto que la investigación pasó a un segundo plano”, dice.
Y es que aunque sigue investigando y está por publicar su noveno libro, que es un diagnóstico sobre la situación del VIH en el estado de Veracruz desde una visión sociocultural, el grupo —dice convencida— le robó el corazón.
“Porque me di cuenta de la importancia de utilizar mi agenda académica para abrir puertas. Puse mi agenda académica al servicio de mis compañeros del Multi y de quienes tienen VIH. No es lo mismo ser doctora, tener seis, siete libros publicados, una académica, que tener VIH y estar sentada en la mesa con el secretario”, agregó.
—¿Ha valido la pena?
“Sin lugar a dudas, si volviera el tiempo para atrás volvería a estar en ese grupo semilla y me volvería a quedar. Ha valido la pena porque cuando volvemos los ojos para atrás de cómo estaba la situación del VIH antes de la conformación del grupo a ahorita, los cambios son radicales”.
—¿Cuál es el reto del Multisectorial ahora?
“El reto fundamental del grupo es sobrevivir al gobierno del cambio y lo vamos a lograr. Lo hemos logrado porque si alguien conoce la epidemia del VIH en el estado somos nosotros y nosotras. No está de aquel lado y no porque seamos chingones sino porque tenemos 16 años investigando y conocemos a la perfección los Capasits, pero también a la gente.
“Tenemos mucha pasión y somos incorruptibles, eso lo hemos demostrado a la largo de estos años y vamos a sobrevivir porque seguimos trabajando con o sin la Secretaría porque nuestro compromiso no es con el estado ni el gobierno y tenemos un reconocimiento social muy importante. Esto no se acaba, no tiene fin”.