Veracruz, Ver.- Inició en la Policía Regia de Monterrey y actualmente es parte de la Policía Municipal con una Licenciatura en Criminología y Criminalística, también es esposa y mamá de tres pequeñas: es Cristina Hernández Hernández.
Hace diez años la situación económica la llevó a incorporarse dentro de la Policía iniciando su capacitación en la sierra del Capulín en la zona norte del país. Anteriormente se desempeñaba como promotora de una línea de medicamentos, pero una fusión hizo que desapareciera la compañía y con una menor de dos años, estaba desempleada.
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“En ese momento yo tenía una hija de dos años, me quedó sin trabajo y me dicen que estaban contratando en Las Bajadas donde está Marina, me presente y ya me dijeron cuánto iba a pagar, firme rápidamente y nos llevaron a la Sierra del Capulín ahí fue el adiestramiento por parte de Marina”, comenta.
Por más de dos años fue miembro de la llamada Policía Regia hasta que junto con su esposo que era parte de la extinta Policía Federal decidieron renunciar a sus puestos y regresar a Veracruz de donde ella es originaria.
Actualmente tiene cuatro años como Policía Municipal en apoyo a Marina y hace un par de semanas se graduó como Licenciada en Criminología y Criminalística.
¿Cómo llegó a la Policía Municipal de Veracruz?
“Renuncio allá y me incorporo a la Policía Municipal, nuestra capacitación nos la dieron en la academia de El Lencero donde te acuartelan no es tan fácil salir hasta que ellos te den franquicia y para salir franco tenía yo que brincarme de la alberca de siete metros con cuatro de profundidad, yo no sabía bien nadar, pero quería ver a mis hijas, en ese momento ya tenía dos y era difícil estar separadas”, menciona.
Recuerda que en un lapso de seis meses tuvo que aventarse de la alberca cada semana para poder ver a sus hijas.
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Reconoce que aunque el trabajo es demandante y de mucho riesgo, se ha desempeñado de forma ordenada, cumpliendo todos los protocolos y con base a la ley. Incluso comenta que en varias ocasiones la familia le ha externado su preocupación de que algo le pueda ocurrir en ese trabajo tan peligroso.
“El riesgo es latente de que pueda suceder algo, nosotros somos policía de proximidad, hay que saber cómo hacer su trabajo, existen varios protocolos, tiene que saber cómo actuar y siempre ser equitativo cuando hay una afectación porque no nos consta que haya pasado esto, se hacen las recomendaciones, se levanta un acta si requiere que quede como noticia criminal se va a Fiscalía y si es delictiva debe quedar así”, explica.
Indica que aunque dentro de su área la mayoría son hombres en ningún momento se ha sentido ni atemorizada ni acosada sino que se maneja con respeto entre sus compañeros.
En broma, asegura que las mujeres policías son bravas y no se dejan intimidar por los compañeros, es más se respetan para que las respeten.
“Hasta ahora no, como mujer no hay que dejarse eso si, pero si yo me doy mi lugar y me doy a respetar me tienen que respetar, si alguien se siente acosado que hable, pero creo que en este ambiente es difícil porque no nos dejamos, mis compañeras son bravas, me quieres acosar pues te hago un informe”, comenta entre risas.
Aunque sus horarios de trabajo son de 24 horas, Cristina se da el tiempo de atender a sus tres hijas y a su esposo y disfrutar al máximo cada momento en familia. Cabe mencionar que este 2 de enero se conmemora el día del policía a nivel internacional.
Me gusta mi trabajo, me gusta mi familia, amo a mis hijas, tenía mucho estrés por mis estudios pero ya acabé, decidí profesionalizarme para hacer un mejor trabajo